Japón vuelve a temblar: fuerte sismo de 6.0 sacudió las costas de Fukushima

El movimiento sísmico reaviva el recuerdo de la tragedia de 2011 y mantiene en alerta a la población nipona.

por Edgar Mandujano

Un terremoto de magnitud 6.0 estremeció este sábado 4 de octubre las costas de Fukushima, al noreste de Japón, con epicentro a 56 kilómetros al este de Tomioka y a una profundidad de 46.8 km, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Aunque las autoridades confirmaron que no se han registrado víctimas mortales ni daños graves, la sacudida encendió de inmediato las alarmas en un país marcado por una de las peores catástrofes naturales de su historia: el sismo y tsunami del 11 de marzo de 2011.

¿Qué ocurrió en Fukushima este 4 de octubre?

El movimiento telúrico se registró en la tarde japonesa y fue percibido con fuerza en varias prefecturas cercanas al epicentro. La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) descartó el riesgo de tsunami, aunque pidió a la población mantenerse vigilante ante posibles réplicas. En varias ciudades costeras, ciudadanos abandonaron edificios de manera preventiva, mientras los trenes bala y servicios públicos activaban sus protocolos de emergencia.

Las autoridades locales confirmaron que las infraestructuras críticas, entre ellas centrales nucleares de la región, no han reportado incidentes. Sin embargo, la sombra del desastre nuclear de Fukushima Daiichi en 2011 vuelve a sobrevolar cada vez que se detecta un sismo de magnitud considerable en la zona.

¿Por qué Japón es tan vulnerable a los sismos?

Japón está situado en el Anillo de Fuego del Pacífico, una de las regiones de mayor actividad sísmica del planeta debido al choque de varias placas tectónicas. El país registra miles de movimientos al año, aunque la mayoría son de baja intensidad. Su estricta normativa antisísmica ha logrado reducir los riesgos de derrumbes masivos, pero no elimina el temor de la población cuando la tierra vuelve a sacudirse.

El caso de Fukushima es especialmente sensible. En 2011, un terremoto de magnitud 9.0 generó un tsunami devastador que provocó casi 18,500 muertes y desapariciones. Además, desencadenó la peor crisis nuclear desde Chernóbil, con explosiones en la planta de Fukushima Daiichi que obligaron a evacuar a más de 165,000 personas y dejaron ciudades inhabitables durante años.

¿Qué medidas se tomaron tras el terremoto de hoy?

Los sistemas de alerta temprana de Japón —considerados los más avanzados del mundo— emitieron notificaciones a la población segundos antes del movimiento, lo que permitió activar evacuaciones rápidas. Las autoridades confirmaron que no hubo interrupciones mayores en el suministro eléctrico, aunque algunas líneas de transporte fueron suspendidas de manera preventiva.

La población respondió con disciplina, siguiendo las indicaciones de seguridad que forman parte de la cultura de prevención japonesa. Colegios, empresas y medios de comunicación transmitieron mensajes de calma, aunque la incertidumbre sigue latente en una sociedad marcada por la memoria de 2011.

¿Se repite la historia de 2011?

Aunque este sismo fue mucho menor en magnitud que el de hace más de una década, la coincidencia en la misma prefectura genera inevitablemente comparaciones. La diferencia radica en la preparación: las infraestructuras reforzadas y los simulacros permanentes han reducido los riesgos inmediatos. Sin embargo, los expertos recuerdan que ningún sistema es infalible frente a un megaterremoto.

Los japoneses, acostumbrados a convivir con la naturaleza en constante movimiento, saben que el verdadero desafío no es si habrá otro gran terremoto, sino cuándo ocurrirá.

¿Qué impacto global tiene este tipo de eventos?

Más allá de Japón, los sismos en el Pacífico Norte son seguidos de cerca por la comunidad internacional debido a su impacto en el comercio, la seguridad nuclear y las cadenas de suministro globales. Fukushima se ha convertido en un símbolo mundial de los riesgos asociados a la energía atómica en zonas sísmicas, tema que sigue generando debate entre gobiernos y organizaciones ambientales.

La estabilidad de Japón es clave para la región, no solo por su peso económico, sino también por su influencia tecnológica en materia de prevención y respuesta ante desastres. Cada nuevo sismo se convierte, así, en una prueba de fuego para sus políticas de resiliencia y para la confianza de la población.

Un país en alerta permanente

Japón ha demostrado ser uno de los países más preparados del mundo para enfrentar terremotos, pero también uno de los más conscientes de su vulnerabilidad. El sismo de este sábado no dejó destrucción ni víctimas, pero reavivó un recuerdo doloroso y mantuvo al país en vilo.

En palabras de un ciudadano entrevistado por la televisión local: “Vivimos con la tierra en movimiento. Lo importante es no olvidar y estar siempre listos”.

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