Durante una inspección rutinaria en el penal de Cochamarca, personal del INPE descubrió un forado en las paredes de cuatro celdas del pabellón B-1, aparentemente elaborado para facilitar una fuga de internos. En una de las celdas se hallaron incluso materiales de construcción, lo que evidenciaría una acción planificada y coordinada.
Los reclusos involucrados fueron identificados como sentenciados por robo agravado, hurto y delitos contra la libertad sexual. Inmediatamente fueron aislados, y se evalúa su traslado a otros penales, así como la presentación de denuncias penales en su contra.
El presidente del INPE se trasladó de inmediato al establecimiento para supervisar las acciones correctivas. Reiteró que la actual gestión mantiene una política de “tolerancia cero” frente a cualquier intento de vulnerar la seguridad penitenciaria.
Además, la Oficina de Asuntos Internos inició una investigación para determinar si hubo más implicados, y se notificó a la Policía Nacional y al Ministerio Público. El INPE reafirmó su compromiso con la seguridad, la legalidad y una gestión penitenciaria firme y transparente.