El escándalo en torno al programa Qali Warma y el asesinato del empresario Nilo Burga ha dado un nuevo giro tras la revelación de un audio que implica a altos funcionarios cercanos al Palacio de Gobierno. La grabación, que fue difundida por el programa Punto Final de Latina, muestra una conversación entre Carlos Guillén, un conocido allegado a la presidencia, y Noemí Alvarado, vendedora de Frigoinca, quien habría grabado el diálogo. Esta conversación ha destapado graves sospechas sobre maniobras desde el Ejecutivo en un caso de alto impacto político.
El contenido del audio es alarmante, ya que Guillén afirma que desde el gobierno existiría el interés de “enterrar” a Burga, sugiriendo que la presidenta Dina Boluarte estaría involucrada en un intento por “silenciar” al empresario. El diálogo hace referencia a una posible persecución política relacionada con el escándalo del programa Qali Warma, en el cual Burga habría tenido un papel clave como empresario vinculado a la venta de alimentos. En la grabación, Guillén menciona su cercanía con la presidenta y su familia, destacando su relación de confianza con el hermano de la mandataria, Nicanor Boluarte.
La conversación también menciona a otras figuras vinculadas al gobierno, como el ministro de Educación, Morgan Quero, y el titular del Midis, Julio Demartini, lo que aumenta las sospechas sobre la influencia del Ejecutivo en la trama del caso Frigoinca-Qali Warma. Además, se menciona que el gobierno estaría buscando “castigar” a Burga, quien podría haber estado en una posición incómoda debido a su vinculación con el programa estatal.
El contenido del audio contradice la versión oficial de la Presidencia, que ha negado cualquier relación de Guillén con la mandataria y su entorno. Sin embargo, las revelaciones en el audio complican aún más la situación, ya que Guillén hace alarde de su cercanía con los hermanos Boluarte y señala a otras personas dentro del gobierno como posibles actores en este entramado político.
El asesinato de Nilo Burga, ocurrido el 25 de diciembre en un hotel en el distrito de Magdalena, y el allanamiento a la casa del vocero presidencial, Fredy Hinojosa, solo agregan más tensión a una trama que involucra tanto a empresarios como a políticos de alto rango. La Fiscalía Anticorrupción y la Fiscalía Penal de Lima ya han iniciado investigaciones para esclarecer el papel de Guillén en este caso y determinar si hubo directivas desde el Palacio de Gobierno para influir en los testigos clave o manipular el curso de la investigación.
Este escándalo no solo pone en entredicho la transparencia y la legalidad de las acciones gubernamentales, sino que también expone las profundas divisiones y maniobras políticas dentro del entorno cercano al Ejecutivo. Mientras la justicia avanza en su investigación, el escándalo Qali Warma sigue siendo un tema central en el debate político del país, con implicaciones que podrían alcanzar altos niveles del gobierno.