Una nueva tragedia enluta al transporte público limeño. Un chofer de nacionalidad venezolana y su cobradora murieron tras un ataque armado en Lurín, en lo que la Policía Nacional del Perú (PNP) investiga como un nuevo caso de extorsión y sicariato. El atentado se registró la noche del jueves 16 de octubre, justo cuando el gobierno de José Jerí evaluaba declarar el estado de emergencia en Lima Metropolitana por la ola de violencia e inseguridad.
Ataque mortal en plena ruta
El crimen ocurrió en la avenida Lima, a la altura del paradero La Virgen, cerca de los humedales de Mamacona, una zona de alto tránsito que conecta los distritos de Villa El Salvador y Lurín. Según testigos, la combi informal que cubría la ruta Chepén–Lurín fue perseguida por una motocicleta lineal durante su último recorrido de la jornada. Los atacantes abrieron fuego sin piedad contra la unidad, dejando una escena de terror.
El chofer Jorvel Romero Salazar (42), de nacionalidad venezolana, murió instantáneamente producto de los disparos. Su copiloto y cobradora, cuya identidad se mantiene en reserva, fue trasladada al Hospital de Emergencias de Villa El Salvador, donde falleció horas después debido a la gravedad de sus heridas. Cuatro pasajeros resultaron heridos y permanecen bajo observación médica.
Extorsión detrás del crimen
De acuerdo con los familiares y compañeros de trabajo de las víctimas, el atentado estaría relacionado con mafias extorsionadoras que operan en el sector transporte del sur de Lima. Estas bandas exigirían pagos de hasta S/500 por inscripción y cuotas diarias de S/20 a los choferes que cubren rutas informales entre Villa María del Triunfo, Villa El Salvador y Lurín.
“Hace semanas nos vienen amenazando. Nos piden dinero para dejarnos trabajar. Denunciamos en las comisarías y nadie hizo nada”, denunció un transportista en la zona. Otros compañeros se concentraron en el lugar del ataque, rodeando sus unidades y exigiendo justicia y protección policial.
La Policía investiga y el miedo crece
Agentes de la División de Homicidios de la Dirincri llegaron al lugar y acordonaron la zona para realizar las pericias de ley. Los peritos de criminalística recogieron casquillos de bala y revisaron cámaras de seguridad cercanas para identificar a los sicarios.
La PNP maneja la hipótesis de que el doble homicidio forma parte de un patrón de ataques extorsivos que buscan controlar rutas de transporte informal mediante el terror y la violencia, una práctica cada vez más común en los distritos del cono sur.
El ministro del Interior, Vicente Tiburcio, había anunciado recientemente la creación de una unidad policial especializada contra la extorsión, con agentes de inteligencia e investigación criminal. Sin embargo, el brutal atentado en Lurín revela que las mafias continúan actuando con total impunidad, pese a las medidas anunciadas desde el Ejecutivo.
Inseguridad que desborda a Lima
El crimen ocurre en un contexto de creciente inseguridad ciudadana, con cifras alarmantes de homicidios y atentados vinculados al crimen organizado. Solo en 2025, los casos de extorsión y cobro de cupos en el sector transporte han aumentado en más del 40 %, según reportes policiales.
Distritos como San Juan de Lurigancho, Ate, Villa María del Triunfo y Lurín se han convertido en zonas de alto riesgo, donde las mafias controlan paraderos, rutas y asociaciones de transportistas bajo amenazas de muerte.
Reclamo de justicia y acción inmediata
El doble crimen de Lurín ha causado conmoción entre los vecinos y trabajadores del sector. En el lugar del ataque, choferes y cobradores colocaron flores y velas en memoria de las víctimas.
“Los mataron por no pagar cupos. Queremos que esto no quede impune”, expresó el hermano del chofer asesinado.
Mientras tanto, la Fiscalía y la PNP continúan las investigaciones para identificar y capturar a los responsables. El caso ha sido puesto en manos de la División de Crimen Organizado, ante la posible vinculación con redes criminales que operan en el sur de la capital.