Un violento ataque en el Cercado de Lima terminó con la vida de Jonathan Enrique Navarro Berríos, conocido como ‘Cara de dedo’, presunto brazo armado de Gerald Oropeza. El crimen ocurrió la noche del miércoles en la calle Los Geranios, cuando Navarro intentaba ingresar a un vehículo junto a su pareja, Jessica Nicole Gil Z., quien resultó herida y fue trasladada al hospital Santa Rosa.
Ataque directo frente a su pareja
Según reportes policiales, tres sujetos armados se aproximaron y dispararon directamente contra Navarro Berríos, quien recibió al menos siete impactos de bala. Vecinos indicaron que los agresores merodeaban la zona antes del ataque. La víctima falleció durante el traslado al hospital, mientras que su pareja continúa bajo atención médica.
El vehículo donde ocurrió el ataque estaba registrado a nombre de la joven, lo que refuerza la hipótesis de que el atentado estaba dirigido específicamente contra ‘Cara de dedo’. La Policía Nacional del Perú mantiene acordonada la zona y revisa material de videovigilancia para identificar a los responsables y esclarecer el móvil del crimen.
Antecedentes de ‘Cara de dedo’
Navarro Berríos fue vinculado a casos de alto perfil en los últimos años. En 2015, figuró como implicado en un atentado con explosivos dirigido a Gerald Oropeza y permaneció en prisión preventiva en el penal Castro Castro, aunque fue absuelto en 2016. También se le investigó por su presunta participación en el asesinato de un comandante en 2014 y en el homicidio de un empresario farmacéutico en 2013.
Su exposición pública aumentó por imágenes junto a autos de lujo vinculados a Gerald Oropeza, quien se encuentra recluido en Challapalca bajo investigación por conspiración para narcotráfico. La defensa de Navarro Berríos denunció irregularidades policiales y consideró insuficientes las pruebas en su contra.
Investigación en curso
Hasta el momento, no se reportan detenidos y las autoridades continúan con las pesquisas para esclarecer el crimen. La población del Cercado de Lima permanece conmocionada ante la magnitud del ataque, que evidencia la persistencia de vínculos con el crimen organizado en la capital.