Durante una actividad pública, el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, anunció que viajará a El Salvador con el objetivo de firmar un convenio con el gobierno de Nayib Bukele, que permita trasladar presos peruanos a cárceles de ese país. La propuesta, que busca replicar el modelo penitenciario salvadoreño, apunta a enviar a internos de alta peligrosidad, en especial miembros del Tren de Aragua y otras bandas criminales.
López Aliaga aseguró contar con el respaldo del entorno de Bukele, incluyendo al alcalde de San Salvador, a quien calificó como “mano derecha” del mandatario salvadoreño. “Queremos que estos delincuentes vean lo que es una cárcel de verdad”, afirmó, en referencia al estricto régimen carcelario que se aplica en ese país. La propuesta ha generado polémica por sus implicancias legales y los cuestionamientos internacionales a los métodos de El Salvador.
En paralelo, el alcalde limeño arremetió contra el Gobierno central por no priorizar la seguridad ciudadana y acusó al presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Arana, de “falta de liderazgo”. También criticó al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) por el retraso en la puesta en marcha del tren Lima–Chosica, asegurando que el Ejecutivo ha faltado a reuniones clave y bloquea avances logísticos necesarios para el proyecto.
Desde el MTC, el ministro César Sandoval respondió que los retrasos no obedecen a obstrucción, sino a la falta de cumplimiento de procesos técnicos y administrativos. Mientras ambas partes cruzan versiones, el proyecto ferroviario sigue sin cronograma definido y la propuesta de traslado de reos a El Salvador avanza como una de las apuestas más controversiales del alcalde capitalino.