El próximo sábado 26 de julio, el Congreso de la República del Perú celebrará una sesión especial para elegir a los nuevos miembros de la Mesa Directiva que liderarán el Legislativo durante el periodo 2025-2026. La atención estará centrada en conocer quién reemplazará a Eduardo Salhuana en la presidencia del Parlamento, una posición clave en el equilibrio de poderes del país.
La jornada iniciará con la presencia de los 130 congresistas, convocados al hemiciclo en una sesión en la que se definirá no solo al nuevo presidente del Congreso, sino también a los tres vicepresidentes que lo acompañarán en la conducción de la institución. El proceso electoral interno está regido por el Reglamento del Congreso y contempla diversas etapas antes de anunciar oficialmente a la lista ganadora.
¿Cómo se elige al presidente del Congreso?
La elección de la Mesa Directiva del Congreso comienza con la lectura oficial de las listas de candidatos presentadas ante la Oficialía Mayor. Estas listas deben incluir propuestas completas para los cuatro cargos de la Mesa: Presidencia, Primera Vicepresidencia, Segunda Vicepresidencia y Tercera Vicepresidencia.
Una vez leídas las listas, la actual Mesa Directiva designará a dos congresistas como escrutadores, quienes serán responsables de supervisar la legalidad y transparencia del proceso. Estos parlamentarios firman las cédulas de votación que se entregarán a cada congresista. Luego, el titular del Legislativo suspende brevemente la sesión para permitir que los votos sean llenados de forma individual y en privado.
Este mecanismo busca garantizar un voto libre y secreto, a pesar de que, en la práctica, muchos acuerdos entre bancadas se pactan previamente. El momento del voto es, sin embargo, el acto formal donde se oficializa la voluntad de cada legislador.
Orden de votación y escrutinio público
Tras la suspensión, la sesión se reanuda con la participación directa del propio Eduardo Salhuana, quien será el primero en emitir su voto. Le siguen los demás miembros de la Mesa Directiva saliente y los congresistas escrutadores. Después de ellos, el resto de los congresistas vota de acuerdo con un llamado en orden alfabético por apellidos.
Una vez depositados todos los votos, el presidente del Congreso realiza el escrutinio cédula por cédula, en presencia de los escrutadores. Cada voto es leído en voz alta y contabilizado públicamente para garantizar total transparencia. Este momento es clave, ya que permite conocer la distribución real del respaldo político en el hemiciclo, más allá de las proyecciones.
El sistema electoral legislativo establece que la lista ganadora debe obtener mayoría simple, es decir, más votos a favor que en contra o en blanco, entre los congresistas presentes en sala. En caso ninguna lista logre esa mayoría en la primera ronda, se procede a una segunda votación, limitada solo a las dos listas más votadas. En esta segunda vuelta, basta con que una de ellas supere a la otra para ser proclamada ganadora.
Proclamación, juramento y toma de funciones
Tras el escrutinio, se procede a la proclamación oficial de los ganadores. Los integrantes de la lista triunfadora prestan juramento inmediatamente. El nuevo presidente del Congreso jura ante quien dirigió la sesión electoral (el presidente saliente), mientras que los tres vicepresidentes juran ante el flamante titular del Parlamento.
Con ello, queda formalmente instalada la nueva Mesa Directiva del Congreso, la cual asumirá sus funciones desde el mismo 26 de julio. Esta estructura de mando se mantendrá en funciones hasta julio de 2026, periodo en el que el Congreso afrontará debates cruciales como las posibles reformas políticas, el control del Ejecutivo y una coyuntura social y económica que exige gobernabilidad.
Cabe destacar que, en años anteriores, la elección de la Mesa Directiva ha sido escenario de tensas negociaciones entre bancadas, alianzas inesperadas y fracturas internas. Este 2025 no parece ser la excepción, ya que las fuerzas políticas aún no definen completamente sus postulaciones ni cierran los pactos definitivos.