Marc Gili: “En DORIAN buscamos el contrapunto entre la euforia de la pista de baile y la melancolía de unas melodías que te desgarran por dentro”

Imprescindible banda española y su último álbum “Ritual”.
DORIAN: Lisandro Montes, Marc Gili, Belly Hernández y Bart Sanz.

Los tiempos pasan y las modas musicales también, todo tiene su final y el público opta por regresar a la semilla. Más o menos, esta sería la imagen en tiempo real de lo que pasa con ritmos como, por ejemplo, el reggaetón, que por caer en lo formulaico, ya está de salida tras casi dos décadas de dominio absoluto.

Entonces, regresan, aunque nunca se han ido, los ritmos que se mantienen inalterables, no por ello estáticos en sus diálogos con otras vertientes, manifestados en propuestas legitimadas por un público que tampoco se deja llevar por las fórmulas de temporada, ni tranza con el mal gusto.

El New wave, pop, electro, house, y más, son los sonidos que pautan el prestigio de DORIAN, banda fundada en 2004.

“Siempre hemos estado explorando las posibilidades de la fusión entre la electrónica del baile y la paisajística, el formato canción con sonidos new wave, pero siempre actualizados. Los temas de hoy no cumplen con el ritmo, la melodía y la armonía. Se simplifica tanto el ritmo que se vuelve monótono. No hay grandes canciones de reggaetón. En cambio, lo que ofrecen las máquinas, los samplers y la tecnología nos indica que aún hay mucho camino por recorrer. La solución a la creatividad no pasa por simplificar la música, que se vuelve aburrida, tan repetitiva que se termina con el encefalograma plano. La música urbana está llegando a un punto muy básico, es la ley del péndulo”, dice Marc Gili, compositor y letrista de la banda DORIAN.

La música de la banda posee ecos que provienen de finales de ochenta e inicios de los noventa, años grises para el mundo, indeterminados, como perdidos, pero en los que se forjó la base musical de proyectos que han sabido ofrecer resistencia en el tiempo, imponiendo su calidad.

«Techos de cristal». Fuente: YouTube.

“En DORIAN hemos crecido con un pie en las pistas de baile de los clubs de electro, house y techno de Barcelona, y con el otro pie en los clubs de música indie de guitarras. Entre nuestras influencias están New Order, Soda Stereo, Radio Futura, Echo & The Bunnymen, Depeche Mode, al igual que los grandes héroes de la electrónica de los 80, 90 y 2000. DORIAN es la fusión de la oscuridad de la pista de baile, del trance mental al que te lleva la electrónica en un club, y el gusto y preciosismo por la orfebrería y la artesanía de hacer hermosas canciones que aprendimos de las grandes bandas de los 80 y 60”.

Y agrega:

“La música de DORIAN está hecha para bailar la melancolía, nuestra música busca explorar la fragilidad del ser humano: desgarros, dolores, malas experiencias, buscamos el contrapunto entre la euforia de la pista de baile y la melancolía de unas melodías que te desgarran por dentro. A la banda no se le puede encasillar en un solo cajoncito”.

Además:

“Muchas de las patologías de nuestra era aparecen en Ritual, como las redes sociales, la gentrificación y la especulación urbanística (se echa a la gente de los barrios populares para construir grandes Airbnbs). Hablamos de la bisexualidad, de feminismo (el tema “Techos de cristal”). Ritual va de un nosotros y no desde el ego trip. Es así porque es un álbum pospandémico, la pandemia nos enseñó a mirar a nuestros vecinos, nos enseñó que existe un nosotros. Cuando escribía las letras de Ritual me interesaba hablar de lo político y social. Ritual es una radiografía de la sociedad pospandémica, con todo lo bueno y todo lo malo”, enfatiza Marc.

«Mundo perdido». Fuente: YouTube.

Ritual construye su presente y ya firmó su futuro: es también un documento sonoro y sensorial de los efectos sociales causados por la rapidez de los tiempos y los crudos sucesos que lo marcan en poco más de dos décadas. Y es también un trabajo en el que se pone de manifiesto un privilegio que pocos ejercen: decir lo que se piensa.

“En el álbum hemos dicho lo que nos ha dado la gana. “En los conciertos recibimos ovaciones con canciones como “Dual” o “Techos de cristal”, la gente reacciona, la gente no es tonta porque sabe cuando se le está tocando el corazón con cosas que pasan. En “Techos de cristal” se cuenta la historia de una mujer que está siendo golpeada y que se está levantando en nombre de todas las mujeres que han muerto antes que ella; en “Dual” se habla de una persona bisexual a la que llaman viciosa desde la trinchera heterosexual y desde la trinchera lésbica la llaman indeterminada. Mucha gente se siente diferente en el colegio, el trabajo, etc., ellos van a los conciertos de DORIAN y cantan nuestras canciones a pulmón”.

Aunque en otros proyectos la banda abordó la política en algunos temas, Ritual tiene una intención política. Las letras reflejan una ética, un modo de estar en la vida, como si en su condición de artistas también honraran un deber implícito.

“Tenemos esa responsabilidad como artistas, dar acompañamiento a las personas que la pasan mal, a las ovejas negras de las familias. DORIAN acompaña a la gente que no se siente parte del rebaño. Tenemos un público muy crítico, nuestra música es una invitación a la rebeldía. Este es un álbum social y político. Es una fotografía de nuestro presente”.

(GRO).