Dina ¿Tres Años Más?

Fernando de la Flor Arbulú

El tedioso y extenso discurso de Fiestas Patrias de la presidenta Dina Boluarte, dejó una pregunta: ¿habrá tres discursos más hasta el 2026?

Recapitulemos: el absurdo intento golpista de Pedro Castillo produjo en el país un par de reacciones: perplejidad y confusión. La primera por lo improvisada; la segunda porque hasta ahora hay gente que cree que las cosas sucedieron exactamente al revés:  que fue el Congreso el que lo destituyó sin razón y no que él quiso clausurarlo para convertirse en dictador. Probablemente la primera sorprendida fue Dina Boluarte (ha declarado que estaba en pijama), convertida en la primera mujer en asumir la presidencia de la República en la historia del Perú. Cualquier guionista de un programa cómico no podría haber concebido semejante historia por lo absurdamente inverosímil.

Pero lo importante es lo que vino después y lo que está sucediendo ahora. Al asumir el cargo, Dina Boluarte lo hizo para gobernar hasta el año 2026. La reacción del país, principalmente del sur andino, fue inmediata: había que empezar de nuevo y convocarse a nuevas elecciones. Una extraña mezcla de reivindicaciones históricas, intereses malsanos e infiltrados violentistas, dieron lugar a lo que se ha dado en llamar el estallido social peruano, réplica de lo ocurrido en su momento en Chile y Colombia. Dina Boluarte entonces replanteó su compromiso: presidía un gobierno de transición y había que ir a un nuevo proceso electoral. Lo más sorprendente fue que el Congreso atendió el pedido y con una abrumadora mayoría acordó ir a nuevas elecciones generales. Todo estaba encaminado a una transición ordenada, aunque difícil.

Hasta que, repentinamente, todo cambió. Y de manera radical: la irrealidad empezó a imponerse y desde el Congreso se lanzó la idea de que no debería haber ningún adelanto electoral. Nos quedamos todos fue la consigna. El viejo dicho de que nada cambia para que todo siga igual tomó cuerpo.

Mientras eso ocurría en la escena oficial, el gobierno reprimía severamente hasta producir medio centenar de muertos que hasta el momento no se han aclarado y que, por ello mismo, ha originado la seria preocupación del mundo: no hay democracia que se respete que atente contra sus ciudadanos por ejercer su derecho a la protesta.

El discurso del 28 de julio de la presidenta Boluarte, que debió ser un recuento de lo que ha sucedido durante su mandato, omitió todos los antecedentes anteriormente referidos, salvo una que otra breve alusión, y se centró en los inmensos desafíos nacionales vigentes, en lo que está por hacerse, que es mucho. La idea entonces ha sido transmitir la sensación de un gobierno estabilizado, en control, administrando el país.

La gran pregunta, planteada desde el título de este comentario, es si estamos efectivamente ante un gobierno asentado capaz de llegar al 2026, o, si se trata de un gobierno tan notoriamente deslegitimado (no olvidar que más del 80% desaprueba a la presidenta Boluarte y no más de seis de cada cien peruanos aprueban al Congreso), que resultará inevitable su desmoronamiento.

*Abogado y fundador del original Foro Democrático. .