En un mundo tan cambiante, las bodas convencionales han sido relegadas progresivamente por experiencias personalizadas e incluso tecnológicas. Con la maestría de la wedding planner Mariangela de la Barra, presentamos algunas de las tendencias que transformarán los enlaces nupciales en verdaderas obras de arte a medida. Todo con el objetivo de hacer de cada matrimonio una fiesta tan única como la historia de amor que celebran.
Intimidad y neutralidad
Las bodas con un número reducido de invitados continúan en auge, una preferencia que se afianzó con la pandemia y ha demostrado ser más que una moda pasajera. Según de la Barra, esta elección permite a los novios centrarse en los detalles más íntimos y significativos, creando una experiencia mucho más personalizada tanto para ellos como para sus seres queridos.
La decoración con colores neutros sigue siendo un pilar. Las flores en tonos blancos y verdes predominan. “Hay una tendencia hacia lo clásico y atemporal”, subraya. Esta elección cromática permite que otros elementos de la boda brillen con luz propia, creando un ambiente sofisticado y sereno que realza los otros detalles.
Tendencias de lujo
En primer lugar, las locaciones exclusivas son un elemento fundamental, que van desde haciendas con paisajes escénicos hasta mansiones históricas. La opulencia floral y la iluminación creativa son protagonistas. Las paredes y backings cubiertos de flores naturales, así como las entradas imponentes, crean una atmósfera mágica. Además, el uso de luces LED, lámparas colgantes y velas contribuye a generar ambientes encantadores y únicos en esta clase de eventos.
En cuanto a la vestimenta, las novias optan por vestidos personalizados y diseñados a medida, adornados con detalles únicos, lujosas telas, bordados y pedrería elaborados a mano. Por su parte, los novios eligen trajes elegantes y modernos, a menudo personalizados con detalles como sus iniciales o la fecha de la boda.
El entretenimiento exclusivo es otro aspecto a destacar. Las bodas pueden contar con presentaciones de cantantes, bandas o DJs de fama internacional.
Finalmente, las invitaciones y la papelería reflejan la atención al detalle con su alta calidad, a menudo adornadas con detalles dorados en relieve y sellos de cera, añadiendo un toque de distinción desde el primer momento.
Experiencias interactivas
En esta era digital, la experiencia de los invitados es fundamental. Varias bodas de este año han optado por incluir estaciones de video 360, photobooths y decoraciones “instagrameables” diseñadas para que los invitados puedan capturar y compartir cada momento en sus redes sociales. “La boda no solo se vive, se comparte”, dice Mariangela. Estos detalles no solo entretienen, sino que también permiten a los invitados llevarse un recuerdo tangible y, por supuesto, divertido de la celebración.
Además, aplicaciones y plataformas específicas facilitan la planificación y coordinación del evento, desde la lista de regalos virtual hasta la confirmación de asistencia mediante códigos QR.
En cuanto a la fotografía y el video, los drones siguen siendo muy solicitados. Cada vez más parejas piden la creación de contenido específico para redes sociales, como mini videos en formato ideal para reels o TikToks.
Catering
La oferta gastronómica también se ha diversificado. Los menús especiales con opciones veganas y vegetarianas son cada vez más frecuentes. “La comida es una parte esencial de la boda y debe reflejar los gustos de los novios”, sostiene Mariangela.
La coctelería de autor, con tragos personalizados, también está en auge. Los novios buscan sorprender a sus invitados con bebidas únicas que reflejen su personalidad y estilo.