A sus casi 50 años, Carlos Galdós explora nuevas facetas. El célebre conductor, conocido por su irreverente estilo y lengua afilada, se integró al equipo de “Encendidos” en RPP, un nuevo desafío que afronta con su característico desparpajo y pasión por el oficio.
En diálogo con Ellos y Ellas, Galdós demuestra que sus años como personaje polémico le han curtido la piel, sin dejar de lado la capacidad de autocrítica. “Se han quedado traumatizados con ‘La Noche es Mía'”, bromea sobre el programa que, en su momento, desafió los límites del humor y la corrección política.
No obstante, el artista asegura haber madurado junto a su público. “Hemos crecido juntos, nos hemos permitido acompañarnos”, afirma. Sus monólogos actuales abordan temas cotidianos como la paternidad y las complejidades de la adolescencia de su hija mayor, siempre con un toque hilarante pero reflexivo.
Es precisamente esta nueva faceta la que Galdós explora en su espectáculo “Madre Arequipeña, solo hay una”, presentado en Arequipa el pasado 11 de mayo, donde analiza con humor su metamorfosis en una versión moderna de su propia madre. “Me estoy convirtiendo en mi vieja, y me gusta”, confiesa entre risas. Una transformación que, paradójicamente, lo ayuda a comprender mejor el delicado equilibrio entre la dureza y el amor que implica la crianza, lo cual cuestionó en su momento.
En cuanto al fantasma de la “cancelación” que acecha a los comediantes, es contundente: “Me importan 35 millones de hectáreas de pepino”. Su trayectoria de dos décadas en los escenarios respalda su capacidad para caminar la fina línea entre el humor mordaz y el respeto al público.
Con su llegada a RPP, una nueva aventura comienza para este incansable showman. Y aunque los estilos varían, su esencia permanece inmutable: irreverente, punzante y, sobre todo, auténtica.