La magia del ballet revive en el Teatro Municipal de Lima con una de las historias más eternas del repertorio clásico: Romeo y Julieta. Y es que después de ocho años de ausencia, el Ballet Municipal de Lima (BML) presenta una interpretación conmovedora y trágica de la obra inmortal de Shakespeare, magistralmente coreografiada por Boris Miagkhov.
La obra, que se desarrollará en trece funciones del 5 al 29 de julio, contará con tres Julieta: Mónica Balbuena, Solange Villacorta y Luciana Cárdenas. Estas bailarinas, cada una con una perspectiva única del personaje, prometen llevar al público en un viaje de ensueño a través de la Verona de los Montesco y los Capuleto, con la música de Serguéi Prokófiev de fondo.
Mónica Balbuena, quien se estrena en el papel de Julieta, comparte una conexión profunda y casi mística con el personaje. “Es uno de mis ballets soñados, yo decía tengo que hacerlo porque sino me muero. Estoy en una psicosis de obsesión con Julieta”, confiesa entre risas. “Es un papel que me obsesiona. Me la paso todo el día pensando cómo hacer para que el público me entienda de la mejor forma posible”.
Desde su infancia, inspirada por su madre, la primera bailarina Mónica Romero, ha soñado con este papel. “Tengo los vestidos de mi mamá y también sus videos. Cuando los mirábamos, soñábamos juntas, esperando que algún día se me dé la oportunidad”, recuerda.
Por su parte, Luciana Cárdenas regresa a este papel en lo que será su última temporada con la compañía. Tras 17 años de trayectoria, su despedida está cargada de mucha nostalgia. “Julieta es mi personaje favorito”, afirma Cárdenas. Años atrás, gracias al BML, conoció al también primer bailarín Román Gonzales, con quien tuvo la oportunidad de formar una familia. Cárdenas destaca que estas vivencias y el tiempo la ayudaron a madurar, lo cual enriquece su interpretación al traer emociones reales al escenario.
Para ella, esta última interpretación de Julieta cierra un capítulo significativo de su vida, y quiere despedirse a lo grande. “Decidí irme con este ballet porque era el último recuerdo que quería guardar en mi mente como bailarina”, relata. Después de este retiro, se dedicará de lleno a su carrera de fotógrafa y seguirá explorando y desarrollando arte desde otras perspectivas.
Solange Villacorta, por su parte, destaca la evolución personal que ha experimentado desde la última vez que interpretó a Julieta. “La música de Prokófiev me fascina”, comenta. “Me parece que cada acorde musical es preciso para lo que quiere decir el personaje y los momentos que va pasando el personaje”.
Ahora, siente que su madurez le permite aportar una nueva dimensión a Julieta, distinta a la interpretación que ofreció a los 24 años. “Hay ciertos puntos de la obra que los puedo sentir e interpretar diferente y tengo más herramientas para el personaje. No va a ser la misma Julieta del pasado, sino una Julieta de hoy con 32 años”.
Así mismo, se encuentra contenta porque una de sus presentaciones será el 28 de julio, una de sus fechas favoritas. “Siento que el público tiene otra emoción, propia de la época. Espero que nos acompañen y que el teatro esté lleno, porque no hay nada mejor para nosotros que el público salga pleno”.
Con la oportunidad de ver a tres interpretaciones distintas de Julieta, se tiene una ocasión única de apreciar cómo el mismo personaje puede cobrar vida de maneras tan diversas, con la carga emocional de cada una de sus intérpretes. Un espectáculo que nadie querrá perderse.