El organismo de un perro o un gato funciona normalmente con temperaturas entre 38.5 y 39.5°C. Si la temperatura corporal les sube a más de 40°C pueden sufrir un golpe de calor que podría ocasionarles la muerte o un daño cerebral severo.
En estas últimas semanas, las temperaturas están inusualmente altas en varias ciudades del país, por lo cual los riesgos de sufrir un golpe de calor aumentaron, tanto para las personas como para las mascotas. Tanto así que MINSA emitió hace unos días una alerta epidemiológica.
A diferencia de los humanos que podemos tomar precauciones cuando sentimos calor, los perros y los gatos necesitan que sus amos los vigilen y los pongan a buen recaudo.
Los perros que más sufren en estos tiempos son los de razas braquicéfalas –bulldog, shar pei, american bully, entre otras ̶- cuya característica es que por ser ñatos tienen el paladar y los orificios nasales muy estrechos. Esto hace que no se oxigenen bien y con el calor les puede aumentar la frecuencia cardíaca lo cual podría derivar en un paro cardíaco.
Si quiere pasar un verano tranquilo y seguir disfrutando de la compañía de su mascota, perro o gato, le recomendamos no sacarlos a pasear entre las 10 a.m. y 4 p.m. ni llevarlos en el auto si el trayecto durará más de una hora. Asegúrense también que estén bajo sombra, en un ambiente ventilado y que no les falte agua.
El veterinario Juan Manuel Lajara recomienda cambiar el agua hasta tres veces al día porque en el verano el ciclo de las bacterias se acelera. “Si se deja el agua de la mañana hasta la tarde se forma una capa de biofilm, que es la mucosa que producen las bacterias de la propia boca, y eso les produce enfermedades”, puntualiza.
Además, no es recomendable cortarle el pelo creyendo que estará más fresco. “El pelo les regula la temperatura, los protege de los rayos UV y de los alérgenos ambientales”, dice Alfredo Ortega, especialista en dermatología canina.
En estas épocas de calor, donde hay más humedad es cuando las alergias en los animales se agudizan y a diferencia de lo que se cree no tienen que ver con la alimentación. Comienzan en la primavera, pero conforme aumenta la temperatura aumentará la comezón y se lamerán las patas con mayor frecuencia.
“Si su perro jadea y presenta un gesto similar a una ‘risa sardónica’, con las comisuras de los labios cerca de las orejas, la lengua afuera y mucha salivación, quiere decir que está sufriendo un golpe de calor y corre peligro”, señala Lajara.
La única manera de salvarlo es bajándole la temperatura usando toallas mojadas, dándole agua con hielo y poniéndolo en un lugar ventilado. Una visita al veterinario es conveniente.
Lajara advierte: “El golpe de calor es tremendo y el daño que se produce puede ser irreversible”. Los perros que sobreviven a uno de estos episodios, “son muy pocos” y desarrollan problemas neurológicos severos que algunas veces son incompatibles con la vida. “Es una muerte terrible y casi siempre es causada por descuido humano”, agrega Lajara. ¡Tomemos precauciones y no perdamos a nuestra querida mascota!