El Rincón de Siempre nos transporta a la esencia de la cultura argentina a través de sus sabores tradicionales y su historia de pasión y perseverancia. Las porciones destacan, por lo que un bife de 520 gramos o un lomo de 600 gramos son la norma. Los platos, inspirados en la tradición argentina, han conquistado el paladar de quienes conocen el lugar. Pero la innovación también tiene cabida en este rincón de delicias, como la nueva promoción “Poker de vacío”, una experiencia que incluye cuatro medallones de vacío, papas fritas, ensalada y una botella de vino, todo con un peso aproximado de un kilo y doscientos gramos. También destaca el dúo de Bife Vacío, que presenta dos bifes de vacío de 300 gramos cada uno acompañado de papas.
Este negocio tiene sus raíces en el antiguo “Rincón Gaúcho” de Miraflores que cerró en 2017, pero la historia dio un giro cuando sus empleados, enfrentándose a la incertidumbre, decidieron apostar por la continuidad. Diez de ellos (ahora nueve), provenientes de distintas áreas, unieron sus ahorros y liquidaciones para dar vida a “El Rincón de Siempre”. Cuando Ada Aliaga, administradora del local, cuenta con una sonrisa en el rostro la travesía que vivieron para convertir una casona en ruinas en un espacio rústico y acogedor, parece algo inverosímil.
Cada rincón está decorado dedicadamente, por lo que se encuentra la esencia de un lugar que ha sabido resistir al paso del tiempo. Las paredes decoradas con banderines de los equipos de fútbol más icónicos del último campeonato mundial, las repisas llenas de los mejores vinos, las melodías envolventes del tango y las pieles de reses en las paredes crean un ambiente rústico que transporta a los comensales al corazón mismo de la cultura argentina. Incluso los recipientes de mate, ese símbolo arraigado a la tradición gaucha, encuentran su lugar en este rincón.
De momento, buscan abrir sus puertas a nuevos públicos. Con la mira puesta en el segundo piso del local, pretenden atraer a la audiencia juvenil con una propuesta musical diferente, alejada del tango que caracteriza al primer piso. Un lugar perfecto para disfrutar de unas cervezas y liberarse del estrés diario.