A sus 44 años, Bárbara Köch, ex atleta profesional, ha tejido un vínculo indisoluble con un grupo tan especial como vulnerable: las mujeres invidentes. Hace siete años, se encontró con un grupo de chicas con esta condición que vendían golosinas en la calle. Movida por la empatía y un genuino deseo de ayudar, las acogió en su hogar y así nació la semilla de lo que hoy es la ONG BKT World. Desde entonces, su compromiso con ellas ha sido inquebrantable.
No solo les brindó un techo y educación, sino que las empodera a través del deporte. Su labor como entrenadora personal ha transformado sus vidas, demostrando que no hay obstáculo insuperable cuando se tiene determinación y apoyo. Ella misma lo resume: “Son como mis hijas”.
Su más reciente hazaña fue culminar la doceava edición de la Carrera por la Primera
Infancia organizada por el MIDIS junto a Juana Julca, una de las mujeres a las que apoya. Además, Bárbara se encuentra preparándola para el Maratón de Miami de 2025. Pero el camino no es fácil. Correr junto a una persona ciega va más allá de cruzar una línea de meta. Es un acto de empatía, compromiso y dedicación. Köch lo sabe muy bien y reclama el verdadero entendimiento de esta tarea. “La gente piensa que es fácil, pero necesitas conocer a cada persona invidente”, enfatiza.
Su lucha trasciende las fronteras geográficas y las limitaciones del tiempo. Aunque su trabajo en yates la mantiene viajando por el mundo, su corazón permanece en su misión de guiar a estas mujeres hacia sus sueños. Es un claro ejemplo que nos recuerda que el verdadero éxito reside en el impacto que generamos en la vida de los demás.