El desarrollo de la ciencia y tecnología (CTI) en el Perú ha sido un desafío constante, con importantes avances desde las últimas dos décadas, pero todavía con mucha oportunidad de mejora. El Perú ha implementado políticas y programas que buscan impulsar la investigación científica, la innovación tecnológica y la competitividad, pero aún es necesario cerrar la brecha con la inversión promedio de la región.
Uno de los avances más significativos ha sido la creación de Fondos y Programas Nacionales de Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación. Estos fondos, apoyados por operaciones de crédito con el BID, el Banco Mundial y la CAF, han sido cruciales para financiar proyectos en áreas como salud, agro, la pesca y la acuicultura. Han promovido el fortalecimiento de capacidades y la creación de conocimiento relevante para el país.
En 2016, el Perú implementó la Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica, que buscó fomentar la investigación y la innovación. A pesar de sus objetivos centrados en áreas estratégicas, no se logró consolidar la CTI como un pilar de nuestro desarrollo. Las razones sobran: una gran brecha de inversión en capital humano y en infraestructura científica, ausencia de un ecosistema integral para la CTI, un marco regulatorio burocrático y que no facilita la innovación y la transferencia tecnológica, en resumen, una planificación poco flexible, e incapaz de responder a nuevas oportunidades y desafíos tecnológicos y científicos.
Sin embargo, un logro destacado de los últimos años ha sido la creación de redes de investigación que conectan universidades, centros de investigación y empresas. Estas redes han facilitado la transferencia de conocimientos y tecnología, permitiendo la creación de algunas soluciones innovadoras adaptadas a las necesidades locales. Asimismo, la Ley de Promoción del Investigador (2019) y la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación (2021), aunque esperan su cabal implementación, representan pasos importantes hacia la consolidación de un entorno favorable para la ciencia en el Perú.
El Perú depende en gran medida de la importación de tecnologías, por ello, es esencial que desarrolle sus propias capacidades científicas y tecnológicas. Fomentar colaboraciones internacionales orientadas a transferir y adaptar tecnologías modernas es vital, pero estas deben ser desarrolladas y mejoradas localmente para asegurar la autonomía tecnológica del país. La pandemia COVID-19 evidenció la vulnerabilidad del Perú debido a nuestra dependencia de tecnologías extranjeras, especialmente en el sector sanitario. Este hecho subraya la necesidad urgente de desarrollar capacidades internas que permitan al país enfrentar futuros desafíos de manera más autónoma.
La ciencia y la tecnología no solo son herramientas para el progreso económico, sino también pilares fundamentales para fortalecer la democracia y la gobernabilidad en el Perú. La CTI permite el desarrollo de soluciones que equilibran el crecimiento económico con la protección del medio ambiente y el bienestar social, facilita el acceso a la información y la transparencia en la gestión pública, proporciona evidencia para la toma de decisiones, brinda acceso a una educación de calidad, generando nuevo conocimiento, lo que promueve la equidad, fortalece la cohesión social y, por ende, la estabilidad democrática. Aunque se han logrado algunos avances con respecto a la década de los 90, el país aún enfrenta desafíos importantes, como la falta de inversión sostenida, la burocracia y la limitada colaboración entre sectores. Superar estos obstáculos es esencial para maximizar el potencial de nuestra ciencia y tecnología y asegurar un desarrollo sostenible y equitativo.