Día Mundial del Maestro: ¿cómo mejorar las habilidades pedagógicas de los docentes gracias a la neuroeducación?

Hernán Ocampo, director Fundador de la Escuela Pedagógica de Lima, señala que la formación de los maestros en neuroeducación es importante para optimizar el aprendizaje de los estudiantes en las aulas.
El Gobierno peruano inició un proyecto para potenciar los conocimientos de 120 mil docentes sobre la “neuroeducación”

Con el objetivo de celebrar el papel esencial que desempeñan los docentes en la formación de jóvenes y niños, cada 5 de octubre se conmemora el Día Mundial del Maestro. En el Perú existen 576, 275 maestros que se desempeñan en los diferentes niveles del sistema educativo nacional, según datos del Ministerio de Educación; sin embargo, requieren mejorar sus habilidades pedagógicas para lograr un aprendizaje significativo en sus estudiantes.

Precisamente para mejorar la calidad de la enseñanza, la formación y capacitación en los docentes, la neuroeducación les permite comprender cómo funciona el cerebro con relación al aprendizaje, ayudándolos a generar estrategias pedagógicas más efectivas para su labor educativa con sus estudiantes. Para Hernán Ocampo, director Fundador de la Escuela Pedagógica de Lima, el incorporar la neuroeducación en los programas de formación inicial de docentes es crucial para mejorar la calidad educativa en el aula respaldados desde una base científica sólida.

Cabe destacar que ante esta realidad, el gobierno peruano inició un proyecto para potenciar los conocimientos de 120 mil docentes sobre la “neuroeducación”, con la finalidad de fomentar la formación de los docentes en este campo.

En línea con la importancia de la neuroeducación y en el marco del Día Mundial del Maestro, el especialista Hernán Ocampo comparte los principales aportes que brinda esta disciplina en el desarrollo de las habilidades pedagógicas de los docentes.

  • Vínculo, sorpresa y alegría, elementos claves para el aprendizaje: El cerebro humano está programado para conectarse con otros y para buscar relaciones significativas (“cerebro social”), cuando los estudiantes sienten que tienen una relación positiva con su docente o con sus compañeros, están más motivados para aprender. Por su parte, la sorpresa despierta la atención del cerebro. Por ello, cuando algo inesperado ocurre o se presenta nueva información de manera inusual, el cerebro se activa y se enfoca en procesar esa información favoreciendo en mantener la atención de los estudiantes durante las clases. Finalmente, la alegría está asociada con la liberación de dopamina en el cerebro, un neurotransmisor relacionado con el placer y la recompensa. Cuando los estudiantes experimentan alegría al aprender algo nuevo o al lograr un objetivo, se refuerza el proceso de aprendizaje.
  • Importancia de las emociones en el aprendizaje: Los avances en neurociencia nos muestran con claridad la influencia directa que tienen las emociones en el funcionamiento del cerebro y, por lo tanto, en la adquisición y retención de conocimientos. Entre los principales beneficios que podemos señalar sobre su importancia son: impacto en la atención, modulación de la memoria, regulación de la motivación, reducción del estrés, conexión interpersonal, entre otros.
  • Neurodiversidad y personalización del aprendizaje: La neurodiversidad se refiere a la idea de que las diferencias en el funcionamiento cerebral y las habilidades cognitivas son una parte natural y valiosa de la variabilidad humana, por lo que cada estudiante es único y que las diferencias en las habilidades cognitivas y las experiencias previas influyen en la forma en que aprenden. La neuroeducación aboga por valorar y respetar la diversidad cognitiva de cada estudiante.
  • Importancia del feedback y la retroalimentación: El feedback y la retroalimentación son esenciales para el aprendizaje efectivo porque proporcionan información valiosa para el cerebro, impulsan la motivación, ayudan en la corrección de errores, apoyan la adaptación de estrategias y contribuyen a la consolidación de la memoria. Por ello, los docentes y los sistemas educativos deben prestar atención a cómo brindan retroalimentación a los estudiantes para optimizar su aprendizaje y desarrollo cognitivo.

“Ofrecer programas de formación continua específicos en neuroeducación es fundamental. Para ello, se pueden incluir programas, talleres, cursos y seminarios que brinden a los docentes una comprensión sólida de los principios neurocientíficos relevantes para el aprendizaje y fomentar la investigación”, finaliza Hernán Ocampo, director Fundador de la Escuela Pedagógica de Lima. (ndp).