El último ciclo de CARETAS ha sido tan trepidante como el devenir reciente del Perú. Cuando parecía que el país había visto de todo, las reglas de juego se hicieron trizas. El dique de la gobernabilidad aguantó, con todas sus grietas, hasta el gobierno de Ollanta Humala. Pero la dispersión del poder y el signo opuesto entre Ejecutivo y Legislativo no dieron para más. Luego de PPK y sucesores vino la pandemia y el extremo –en casi todo sentido– representado por Pedro Castillo. El ejercicio con las carátulas es mejor cuando se hace en términos retrospectivos. Ahí salta a la vista. Funcionan porque funcionan. O no. Aquí una selección de las que, esperamos, están en el primer grupo.
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