

El resultado ha sido positivo porque la preselección, a cargo del mismo jurado, ha sido muy acertada elevando el nivel de las participaciones. Y esto es una lección para el ICPNA. Un jurado –no un curador– debe ser quien elija a los finalistas para permitir una pluralidad de opiniones y, particularmente, de gustos. Esto ha dado como resultado un concurso con un nivel más alto de lo acostumbrado.
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