Fue un detonante particular. El 24 de marzo de 1992, nada menos que la primera dama, Susana Higuchi, denunció un presunto acto de corrupción de su cuñada y su concuñada. “La pretendida decisión presidencial de ir hasta las últimas consecuencias en el asunto de venta de ropa donada por Japón se ha transformado en una ostensible burla a la opinión pública”, concluyó CARETAS. “Y el gobierno cree que volviendo a atacar al Poder Judicial, enfrentándolo con el Parlamento, podrá recuperar su perdida credibilidad”. Derecha, salida del país de Alan García fue uno de los hitos posteriores al golpe.
Suscríbase al contenido
Esto es material premium. Suscríbete para leer el artículo completo.