Jimena Sologuren, presidenta de PERUMIN 37 y directiva de la Minera Poderosa –empresa víctima de ataques fatales vinculados a la minería ilegal–, lidera este año una edición del evento de septiembre en Arequipa y con Alemania como país invitado, que busca poner en agenda no solo los grandes retos del sector, sino también las oportunidades que pueden abrirse si se entiende la minería como un ecosistema que atraviesa el país entero. En conversación con CARETAS, detalla la urgencia de combatir la minería ilegal, la agenda descentralizada que han desplegado en diversas regiones y lo que se juega el Perú en un contexto internacional de creciente competencia por la inversión.
–Cinco muertos en Pataz por ataques a Poderosa solo en marzo. ¿Qué está pasando con la minería ilegal?
No quiero centrarme solo en el caso de Pataz, aunque es uno de los más graves. Lo que estamos viendo es una escalada preocupante de violencia por parte de la minería ilegal, que no solo invade zonas de operación formal, sino también áreas protegidas como el Parque Nacional del Río Abiseo o el Huascarán. Hay una relación evidente con el narcotráfico y el crimen organizado. El Estado tiene que mirar esto con una visión más amplia: enfrentar la minería ilegal es también enfrentar esas redes.
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