Su política general combina un enfoque imperialista con un marcado aislacionismo. Su agenda manifiesta incluye propuestas como recuperar el canal de Panamá, tomar el control de Groenlandia y renombrar el golfo de México como “Golfo de América”. Estas no son meras declaraciones efectistas; detrás de ellas se encuentra la intención de transformar la Guerra Fría con China en acciones concretas. Aunque las empresas chinas no controlan el canal de Panamá, sí operan en él, y por sus aguas navegan incluso buques de la Marina estadounidense. Groenlandia, por su parte, posee reservas significativas de tierras raras, esenciales para las baterías de vehículos eléctricos. Lo del golfo de México es una manifestación del perfil imperial que Trump busca instalar en el imaginario global.
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