Waldir Maqque es un nombre conocido entre los creadores de contenido de nuestro país. Con una sonrisa radiante y honesta, ha encontrado una audiencia fiel para sus recetas de tradición andina que se ven en sus videos. “Siempre me conectan el fogón, la leña, las ollas de barrio,” comenta Waldir, haciendo referencia a sus orígenes y a la profunda influencia de la cocina familiar en su vida.
En las sierras, entre ranchos y chacras, las familias preparan sus platos al aire libre, sin prisa. Para él, esos momentos capturan la esencia de su propuesta: el reencuentro con lo que otros consideran arcaico, pero que él sabe que es una herencia invaluable.
MÁS QUE RECETAS
La popularidad de Maqque no se queda en las redes. Su primer libro, ¡Qué riquito está! Mi vida y mi gastronomía andina, recién lanzado por Grijalbo, busca rescatar lo andino en cada página. Con prólogo del chef Virgilio Martínez, quien celebra su labor de revaloración cultural, este recetario une recetas, historias y reflexiones sobre sostenibilidad y respeto por la identidad. “He visto muchos libros de cocina, pero ninguno que refleje mi cultura. Quise hacer algo diferente”, explica Waldir. Cada receta en el libro narra no solo cómo cocinar, sino también la historia detrás de cada ingrediente, generando una conexión diferente pero íntima con su audiencia.
DE LA RED AL RESTAURANTE
Maqque ha expandido su influencia con un restaurante en su comunidad. Aunque también posee un local de comida rápida en la ciudad, es este restaurante de experiencias el que refleja su visión.
“Siempre me decían: si haces vídeos increíbles, ¿por qué no tienes un lugar adónde comer? Entonces ahí voy trabajando en crear un espacio que esté abierto al público”, explica. La iniciativa ha sido bien recibida, y para quienes buscan una mejor experiencia, este restaurante, también llamado “¡Qué riquito está!”, abrirá sus puertas a fin de año.
REVALORIZANDO COSTUMBRES
Las redes han sido la plataforma donde Waldir revaloriza los insumos que antes eran despreciados por muchos. Para él, la quinua, la papa y el maíz son el alma de una cocina que refleja resistencia y orgullo. “Antes, nadie quería consumir productos del campo. Ahora, gracias a las redes, se pueden mostrar y enseñar cómo vivimos y comemos”, comenta. Este proyecto es más que un éxito personal; es una reivindicación cultural. Recuerda que la gente solía burlarse de la comida del campo, y que incluso había miedo a la discriminación por comer productos nativos.
Con nuevos proyectos en el horizonte, Waldir asegura que seguirá impulsando la cultura andina. “Se vienen cositas”, concluye entre risas, prometiendo que este es solo el comienzo de una larga historia en la que sus seguidores tendrán un lugar en la mesa. Esta vez, el único que se está retando es él mismo, pero con el propósito de poder llegar a más gente con su estilo original.