Hace unos días, la Sala Osma en Barranco, se llenó de bote a bote con nostálgicos que recordaban a los Nosequién y los Nosecuántos Ahora, sin la presencia de Raúl Romero que giró hacia la salsa, la famosa banda de rock alternativo de los años 80 ha pasado a llamarse “Nosecuántos”. “No entraba un alma”, asegura el flautista Coco Salazar. La mitad eran antiguos seguidores que cantaron y bailaron contagiando a los más jóvenes. “Fue muy alucinante”.
De Regreso
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