Todos en este grupo tenían un contacto en común y a pesar de que casi no se conocían entre ellos, decidieron confiar en la señal y aventurarse en una caminata a las Lomas de Asia, a la altura del kilómetro 102 de la Panamericana Sur. Por suerte el día tocó soleado. Aunque no tan verdes como otros años, cuando este frío invierno termine, las lomas que son cuidadas por los comuneros voluntarios de la zona se cubrirán de flores silvestres.
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