–Es ponente e impulsor del Expo Agua, ¿qué papel cumple este evento luego de 10 versiones?
Expo Agua nació ante una necesidad de contar con una plataforma de encuentro entre la oferta y la demanda. Todo el mundo sabe cuáles son sus problemas. Un alcalde sabe que necesita conexiones y plantas de tratamiento. ¿Pero cómo resolverlo? ¿Qué solución tecnológica necesitas y de dónde puedes sacar la plata? El evento te permite pasar un proceso, que antes hubiera durado tres años, en tres días. Tengo una comunidad a 4000 metros con problemas de arsénico en la fuente de agua. Aquí puedes conversar con los representantes del Ministerio y ProInversión, que te pueden ayudar a facilitar esos procesos. Luego te vas a tu casa con una red de contactos para hacer el seguimiento. Para las empresas es una oportunidad de darse a conocer y encontrar sus potenciales clientes y ofrecer los avances de la tecnología. Además, cumple varios roles como el del Centro de Competencia del Agua, que es el centro de investigación.
–¿Cuál es el camino que se debería implementar para cerrar brechas?
En esencia todo se reduce a un problema de gestión. La misma forma de contratación del Estado es bastante engorrosa, con normativas y espacios grises que a veces son aprovechados por la parte que no ha podido adjudicarse la obra. Toma mucho tiempo. No estamos hablando de ciencia de cohetes. Es algo bien simple: cavar zanjas, poner tubos, instalar plantas. O sea, las plantillas están hechas. Y están los aspectos políticos. Los ministros en el Perú están durando en promedio 6 meses. Cuando se están encaminando muchas veces son cambiados. Y a veces queremos ser más papistas que el Papa. Se traen abajo los contratos con todos los problemas que ello acarrea. La perjudicada es la población que no recibe el servicio que tiene que darle el Estado.
–Sin embargo, modelos de licitación como el de Proinversión han demostrado ser generalmente exitosos…
Muchas veces las obras se ganan con la propuesta más económica. Se subestiman los costos y luego están peleando extensiones de contratos y adendas. El mecanismo de ProInversión es mucho más rápido, más directo. También está vinculado obras por impuestos. El privado se juega su prestigio y no va a querer poner un puente que luego se desplome o una planta de tratamiento que no funcione. Pero la idea no es que el privado se haga cargo de la tarea del sector público. Tenemos que tener un aparato estatal eficiente. Soy físico y lo más ilógico que he confrontado en mi vida es la normativa y el aparato legal peruano. La Constitución te dice uno más uno es dos, pero otro te dice que podría ser tres y para el Tribunal Constitucional podría ser cinco. Y siempre te sale por ahí algún decreto que no viste. He conocido mucha gente capaz y con mucha vocación de servicio, pero están muy limitados. El 90 % del tiempo que te dedicas en una entidad pública es para resolver temas burocráticos. Quiero entregarle a una población diez litros de agua, pero para eso tengo que consumir 90 litros en burocracia. El tercer aspecto es el liderazgo. En el Perú todo está escrito y está el dinero. Se ejecuta si para el ministro, el gobernador y el presidente está en su lista de prioridades. Por ejemplo, lo que estamos viendo con los incendios forestales. El Perú debería estar en continuo estado de emergencia. En febrero y marzo tenemos los huaicos, mayo y junio las heladas, septiembre y octubre los incendios forestales. Así, uno tras otro. Como tenemos calendarios de fiestas patronales, tenemos calendarios de desastres. Existe un Centro de Operaciones de Emergencia Nacional, COEN, cuyas cabezas deberían ser los ministros de todos los sectores, presidido por el Primer Ministro y el Presidente. Ese centro debería estar operando en el primer o segundo nivel de prioridades. Claro, si tenemos un gobierno que está perdiendo su tiempo y tenemos un congreso que nos hace perder el tiempo y gobernadores regionales que priorizan aspectos protocolares frente a la gestión y están distraídos en chismes, ese es el resultado.
–¿Cómo se aplica esto a Sedapal en Lima y las EPS en regiones?
La carga que se les pone es bien fuerte. Tienen que cumplir con todas las leyes de proyectos de inversión, contratación pública y son supervisados todo el tiempo por Contraloría. Además de la SUNAT, DIGESA, OEFA, Sunafil. Es decir, un funcionario de una EPS tiene que estar justificándose todo el tiempo como si fuera un ladrón. Diría más bien que a pesar de todos los problemas que tienen la mayoría de peruanos contamos con agua y desagüe. El enfoque es que puedan tener una flexibilidad mayor en su gestión y contratar más fácilmente gente, que puedan renovar sus cuadros. Su promedio está entre 40 y 50 años. Los mejores gestores, ingenieros y técnicos deberían aspirar a ir a las empresas de agua y saneamiento porque son estratégicas para el desarrollo del país. Así como son las empresas que se dedican a gestionar los residuos sólidos. Si no fuera por ellos, por los barrenderos y los técnicos que nos están reparando las tuberías que se nos revientan a cada rato, estaríamos sin agua y repletos de basura. Son 11 000 kilómetros de tuberías que tiene Lima. Como ir 11 veces de Tacna a Tumbes. Hay mucho por mejorar, pero eso es gestión y decisión al más alto nivel político.