Francisca Aronsson (18), la actriz sueca-peruana que ha cautivado a audiencias desde su niñez, entra en escena vestida de negro y muy relajada. Sus pecas, pequeñas constelaciones en su rostro, brillan bajo la luz tenue de la habitación de karaoke de The House. Hay algo en su presencia que captura inmediatamente la atención. Sus primeros diálogos llegan con contundente tono paisa que se desvanece con el paso de la conversación. Y aunque no tiene en su agenda participar en una producción de Colombia, asegura que la coloración de sus palabras se debe a que le gusta imitar acentos. “Hace dos semanas comencé a hacer chistes con acento colombiano”, dice mientras se ríe.
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