La luz del balcón alumbra directamente una guitarra telecaster celeste que parece hablar su propio idioma. Adornando la escena se encuentran vinilos de The Doors, Santana y Eric Clapton sobre una mesa baja, adornos vinculados a la astrología y una caja repleta de libros. Viste un atuendo de estilo oriental, ya que confiesa que le llama la atención la cultura de países como China y Japón.
Nacida como Mayra, esta cantautora adoptó un alter ego para desprenderse de la realidad y crear una entidad artística más cercana a su esencia musical. “Aura porque siempre me interesaba saber sobre las energías de la gente y blum de flor o florecer, me pareció una imagen bonita”, cuenta. Momentos, su primer álbum, es el reflejo de esta dualidad.
Tras vivir en Lima, Madrid, Miami y Nueva York, Aura encontró en cada ciudad una razón para componer. Su álbum, lanzado el 30 de agosto, explora géneros como el indie rock, el shoegaze y el indie folk. Aunque producido mayormente por Blum, contó con colaboraciones de destacados artistas como Nico Saba y Jorge Andre Balbi, quienes aportaron su toque único en algunas piezas.
El alter ego de Aura no es un simple personaje. En sus palabras, es “una parte de mí”, un ser construido para enfrentar al público y expresar, desde la vulnerabilidad, sus emociones más profundas. “El español me revelaba demasiado”, confiesa sobre su transición inicial de componer en inglés a su idioma natal.
A los ocho años, Aura descubrió la música con una guitarra en mano, influenciada por melodías del folklore y, más tarde, por artistas que sonaban en ese entonces en MTV como Green Day, Kudai y Shakira. Esta mixtura de influencias la llevó a formar la banda Cosmic Street, un proyecto de rock que no duró más de dos años debido a las “personalidades fuertes” de sus integrantes.
Sin embargo, su verdadera explosión creativa vino con este último trabajo, donde cada canción es un tributo a sus vivencias entre estas ciudades. En este álbum, la soledad y la mística limeña juegan un rol crucial. “Siempre me acompaña una vibra melancólica fuerte y siento que al viajar a otros países seguía con ese sentimiento. Siempre estaba mirando hacia atrás, idealizando el pasado”, cuenta. Este sentimiento se entrelaza en las canciones, principalmente en el tema “Fugaz”, inspirado en su tiempo en Nueva York, una ciudad que, aunque caótica, supo acogerla.
Para Aura, la música no es solo un medio de expresión, sino también un proceso de introspección. “Siempre estaba mirando hacia atrás, idealizando el pasado”, reflexiona sobre su vida en el extranjero. Esta mirada constante hacia lo que fue es lo que define el tono del álbum: una nostalgia que se entrelaza con el desamor, la esperanza y la búsqueda de identidad.
En cuanto a su estilo de trabajo, Blum es fiel a su espíritu DIY (hazlo tú mismo). Desde la grabación hasta la edición de videoclips, pasando por la creación de las portadas de sus discos, Aura se involucra en cada detalle. “Es la satisfacción de tener algo hecho por mí”, asegura. Sin embargo, también ha sabido rodearse de talentosos colaboradores, tanto para la producción como para la ejecución de sus ideas.
En el corto plazo, planea llevar su música a otros rincones del Perú. “Arequipa será mi primera parada”, comenta emocionada. Aunque es una artista autogestionada sin sello ni manager, la tiene clara: seguir creando, tocando y floreciendo. Y es que, tal como su nombre lo sugiere, Aura Blum es la luz que florece entre las sombras de la melancolía, sentimiento no siempre grato, pero útil para conocerse. (Marce Rosales)