Luego de 20 años de gas natural, ejecutivos del rubro advierten que sigue habiendo más oferta que demanda. Urge conectar al interior del país.
El martes 10 se realizó un evento en la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) para conmemorar los 20 años de Camisea. El director de Macroconsult, Gonzalo Tamayo, presentó un estudio con cifras ciertamente impresionantes. En esas dos décadas, el consorcio integrado además por TGP y Cálidda ha tenido una contribución fiscal de S/ 67 mil millones, con un impacto positivo total estimado en S/ 203 mil millones entre el 2004 y el 2023, el equivalente al 2,3% del PBI. Por cada empleo directo se generan 7 indirectos, alcanzando cerca de 56 mil empleos anuales en total. Además, en ese lapso el consorcio de tres empresas ha destinado S/ 838 millones en inversión social.
Pero a pesar de que Camisea representó un primer paso temprano a la transición energética, el horizonte de crecimiento presenta importantes desafíos. Como lo resaltó Germán Álvarez country manager de Pluspetrol, la socia de Camisea, actualmente se reinyecta entre el 20 % y 25 % del gas natural al subsuelo. “El mayor desafío es generar mayor demanda”, alertó. “No hemos logrado industrializar el gas y no se ha llegado a desarrollar un proyecto de petroquímica que impacte en la agroindustria”. El principal consumidor de gas natural son las centrales térmicas, que representan el 50 % del consumo, seguido por los sectores de industria y comercio.
Tomás Delgado, gerente general de TGP, tocó el tema de las reservas. Si bien se considera que queda gas de Camisea para 20 años en lo que respecta a consumo doméstico, especialistas como César Gutiérrez advierten que las reservas para exportación, favorecida recientemente por la guerra de Ucrania, podrían agotarse hacia el 2027. “La variable de las reservas no es estática”, dijo Delgado. “No hay incentivo para la exportación”. El año pasado, según la estatal PerúPetro, no se invirtieron recursos en exploración de yacimientos de gas natural. El fantasma de Bolivia sobrevuela el ambiente. Delgado también sostuvo que “el tema eléctrico de la transición energética debe estar acorde a las ventajas competitivas del país”, en alusión a la prelación que, para el sector, debería darse al gas sobre las energías renovables. “En Chile la energía vale 0 durante el día y USD 250 por la noche”, sostuvo. “Las energías renovables son costo cero pero a la vez son intermitentes”. Con respecto a la masificación en el resto del país, Delgado consideró que en un principio el gas natural podría trasladarse por camiones. “Pero a la larga tiene que ir por ductos porque sino pierde competitividad”, añadió. En su mensaje del 28 de julio, la presidenta Dina Boluarte destacó que su gobierno ha construido 1350 nuevos kilómetros de redes de distribución de gas natural y que para julio de 2025 deberían estar conectados los primeros usuarios en Cusco y Huancavelica.
Por su parte, Martín Mejía, director general de la colombiana Cálidda, resumió que en Lima y Callao el avance es importante, con aproximadamente 1.8 millones de conexiones. Actualmente se trabaja con Osinergmin el acceso a viviendas en los cerros. Criticó que, mientras el Ejecutivo cree en la idea, el Congreso tiene encarpetado el proyecto de ley para tarifa única o nivelada, necesaria, subrayó, para llevar el gas a provincias. En 2020, la empresa Naturgy resolvió el contrato de concesión para distribuir gas en el sur del Perú, aduciendo la falta de competitividad en las tarifas y la no ejecución del gasoducto del sur. Mejía detalló que Cálidda acaba de presentar una propuesta al gobierno para manejar la distribución en siete regiones del sur del país.
En el Congreso también espera la aprobación de la ley de masificación del gas natural, que abriría la posibilidad a la competencia en la distribución e instalación, además de la reasignación del subsidio.