Los huayllabambinos celebraron durante cinco días a la Virgen de la Natividad. Este pueblo enclavado en el Valle de Urubamba conserva la esencia de una fiesta a la cual, con fe y pasión, los feligreses retornan cada año para bailarle a la Mama Nati y pedirle “que ilumine nuestro camino”, dijo Ermitaño Hanncco, quien hace 25 años, cuando emigró de su tierra a Lima, fundó en la capital el Centro Social Huayllabamba, para seguir con la tradicional danza de los Qhapaq Negros. Y a pesar de todo, como dice la canción: “El año que viene volveremos a bailar por ti, el año que viene volveremos a soñar por ti”.
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