Surco tiene un nuevo centro cultural. El recién inaugurado Centro de Convenciones tiene capacidad para 1800 personas. En el subterráneo: una novísima playa de estacionamiento de tres mil metros cuadrados. A su lado está por debutar el nuevo Teatro Municipal con más de 400 butacas y tecnología de punta. Son dos nuevas atracciones del Parque de la Amistad, que se consolida como un núcleo de la vida del vecino surcano y, sin duda, un atractivo para toda la capital.
El alcalde de Surco, Carlos Bruce, explica que la idea del nuevo Centro de Convenciones llegó precisamente luego de decidir la construcción del teatro “que mejora la calidad de vida del vecino. Puedes manejar tu carro, parquearlo en el estacionamiento subterráneo e ir a ver una obra de teatro, una zarzuela ó una ópera”. Muchas actividades que se realizaban en el antiguo auditorio no iban a encontrar espacio y se optó por construir un nuevo Centro de Convenciones, en tiempo récord, sobre la explanada que se dejó en el terreno. Una cosa llevó a la otra: hacerlo más grande, ponerle un techo (lo que se agradece en las noches de frío), construir baños e instalarle pantalla gigante y un moderno sistema de sonido.
Se trata de iniciativas que se suman a la galería de arte que ya funciona en el Parque de la Amistad y el moderno coworking cercano, con instalaciones que cuentan con todas las facilidades. El municipio tiene hoy ocho locales de oficinas y servicios al ciudadano, con el despacho del burgomaestre ubicado en la Plaza de Armas. Adicionalmente, sigue Bruce, “estamos construyendo un edificio en la avenida Tomás Marsano y en los dos primeros pisos estará la más moderna central de videovigilancia del país, que va a conectar 1550 cámaras con inteligencia artificial, que ya estamos adquiriendo”.
Para lo que respecta al Centro de Convenciones, además de eventos institucionales y celebratorios, como el Día de la Madre, las instalaciones podrán ser alquiladas. “El límite son los conciertos de rock”, advierte Bruce. “Los prohibimos en otras zonas del distrito y no podríamos hacer la excepción aquí. Tampoco matrimonios”.
El gerente de servicios al ciudadano, ingeniero Elías Joel Ruiz Chávez, se acerca en ese momento para informarle que las pruebas de sonido de la noche anterior arrojan que más ruido se hizo en una misa cercana. La fibra de vidrio para aislar el sonido hace efecto.
A ello se añaden detalles armónicos como las boleterías, que comulgan perfectamente con la arquitectura y el diseño del parque. Casetas que, por cierto, fueron obtenidas por un excelente precio de la Municipalidad de Lima, que las encargó anteriormente y luego no las utilizó.
“El Parque de la Amistad es el más bonito de Surco y está catalogado entre los más bellos de Lima. Es un sitio muy especial desde que lo ideó y lo construyó el exalcalde Carlos Dargent”, añade Bruce. “Cuando comenzamos la gestión esta zona estaba libre porque de aquí sacaron la tierra para hacer muchas de las montañitas del parque”.
Como Bruce destacó en el acto de inauguración, donde se condecoró a destacados vecinos y funcionarios, el distrito tiene 375 parques. “Y los estamos renovando uno por uno. Primero se hace una encuesta con los vecinos para ver qué equipamientos quieren en el parque. Si prefieren juegos infantiles, canil para perros o mini gimnasios. En función a ello se implementa lo elegido, se mejora la iluminación, se trabaja todo lo que es la jardinería y se entrega el parque. El objetivo es entregar la mitad del total este año y continuar el próximo hasta renovar el 100 % de los parques”.
La filosofía es clara. “Mucha gente no lo entiende –dice Bruce–, pero hoy el parque es una extensión de la casa. Antes vivíamos en una casa con jardín o con patio, ahora la mayoría vive en departamentos cada vez más pequeños por el costo de la construcción. Entonces no tenemos cómo celebrar los cumpleaños de nuestros hijos o hacer ejercicio. A veces es tan sencillo como querer salir afuera, extender un mantel y sentarte a tomar un vino y picar un queso. Cuando veo escenas así siento que estamos sirviendo a la gente”.
Hay, reconoce Bruce, una transición con respecto al espacio público y en particular los parques. “Todavía hay gente, aunque no sea la mayoría, que considera que el parque no se debe pisar. Pero hemos hecho una encuesta para saber por dónde nos movemos. Más o menos el 70 % quiere que los parques se usen para juegos infantiles, hacer ejercicio libremente, con su propio entrenador y sin imposición de nadie. Entonces nosotros seguimos lo que quiere el vecino, que además coincidía con lo que yo imaginaba. En otros distritos han optado por otros modelos, pero acá somos tolerantes con los usos que el vecino prefiera”.
Tolerancia que implica mayor gestión. “Eso significa que tenemos más chamba que hacer, más mantenimiento porque sino se puede deteriorar. Pero para eso estamos, para trabajar más”.
Y más disfrute conlleva algunas reglamentaciones. “Por ejemplo, en los cumpleaños infantiles puedes llevar juegos y poner bocaditos, pero te tienes que llevar todo”, explica el alcalde. “No se permite usar parlantes y solo puede haber fiestas cada cinco mil metros cuadrados”. Un ejercicio de elemental convivencia que hasta ahora trae armónicos resultados.