Escribe: Gerardo Barraza*
“¡Qué nunca se acaben los juegos olímpicos!”, exclamó un televidente poco antes del final del megaevento deportivo. Es casi seguro que las cifras de teleaudiencia han batido récords. No hay duda. La mayoría de peruanos recurre al entretenimiento audiovisual, en todas las plataformas, para escapar del drama cotidiano.
En estos tiempos esquizofrénicos parece que pocos leen, ven o escuchan noticias. Consumir las malas los deprime más. Por eso se alejan de la prensa con contenidos que afectan su estado de ánimo de forma negativa. No les gusta mucha política, violencia, guerras, noticias trágicas. Buscan entretenimiento, música, deporte, sexo. Los masoquistas cada vez son menos en un mundo que invita al placer.
No es un secreto que “TikTok”, “Instagram”, “YouTube”, “WhatsApp”, entre otras redes sociales, tienen millones de consumidores, mientras la prensa, con contenidos “duros”, languidece.
Un análisis estadístico de esta conducta global y peruana está en el Digital News Report 2024 del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo (https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/es/digital-news-report/2024)
Si bien el informe se concentra en el consumo de noticias digitales en todo el mundo, encuestando a 95 mil personas en 47 países, entre ellos el Perú, da luces de lo que está ocurriendo con la prensa en general. Todos enfrentan la arremetida de la desinformación, las noticias falsas, la pérdida de confianza, los ataques de los políticos y los bajos ingresos publicitarios.
Pero lo más preocupante es que hay una “evasión selectiva” de las noticias. Cuatro de 10 personas evitan las noticias en general. En cinco años han crecido en 11 % los que se sienten “agobiados” por la cantidad de información noticiosa. Muchos encuestados dicen que “la mayoría de medios informan noticias deprimentes y casi todos lo mismo”. Por eso, en promedio 39 % (3 % más que el 2023) evade las noticias.
Periodismo, ¿dónde estás?
¿Y la confianza en los medios? Sigue sin recuperarse. En el Perú solo el 35 % dice confiar “en la mayoría de noticias la mayor parte del tiempo”. Es decir, casi cuatro de 10 no confía. Somos más desconfiados que el promedio mundial (40 %).
Mientras tanto los medios digitales, con noticias audiovisuales entretenidas, avanza galopante. Estamos en el “top ten” de “TikTok” en el mundo. El Perú está entre los países que más usan esta red social para todos los fines (47 %) y también para consumir noticias (27 %).
¿Qué está sucediendo con el consumo de medios y redes de los peruanos? ¿Estamos sufriendo ese mal denominado infoxicación, que nos incapacita para analizar la avalancha de información que recibimos? ¿Estamos perdiendo el pensamiento crítico?
Si bien el término infoxicación se refiere básicamente a la sobrecarga de información que recibimos por los medios digitales, gracias al desarrollo exponencial de la tecnología, a estas alturas del siglo XXI no escapan de esa responsabilidad los medios planos y audiovisuales tradicionales, porque casi todos tienen presencia digital.
El problema es que la infoxicación, por la sobrecarga de información difícil de procesar, viene acompañada de la ansiedad y la angustia, limitando nuestra capacidad de análisis crítico. Eso explica porque nos tragamos con facilidad los fake news que circulan en medios y redes.
Estamos intoxicados de información. Nos cuesta concentrarnos y podemos pasar varios asuntos sin profundizar. Peor ahora con el uso de la inteligencia artificial y los algoritmos para construirnos “realidades” informativas al gusto de nuestras emociones.
Francisco Igartúa exclamaría: “¡Esto es una fregatina!”. Jesús Reyes Muñante diría: “¡¿Esto no sirve poeta, vuelve a escribir!”, antes de lanzar las carillas al tacho. Homenaje a maestros ausentes del periodismo junto a Enrique Zileri y Doris Gibson.
¿Podrá el buen periodismo, riguroso e independiente, desintoxicarnos de información intrascendente y reconquistar la atención de la gente? Cuidado, la democracia se juega su partido final.
*Comunicador e ingeniero.