Tras el anuncio del reinicio del proyecto de Tía María en Islay, Arequipa, se convocaron protestas para el próximo 19 de julio, a las que se han comprometido delegaciones de los distritos de Cocachacra, Punta de Bombón, Dean Valdivia y Mollendo. Por su parte, el ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, afirmó que la población que rechaza el proyecto “no es exclusivamente del Valle del Tambo”. Óscar González Rocha, presidente Ejecutivo de Southern Perú, respondió las preguntas de CARETAS.
–Southern sustentó la licencia social ante sus inversionistas con una carta del MINEM de julio de 2021. ¿Qué papel concreto ha jugado el gobierno para llegar a esta decisión?
Primero, deseo aclarar que se trata de una comunicación interna al personal, que trascendió a la prensa. Las coordinaciones con las autoridades del sector son las correspondientes a toda actividad económica relacionada a alguna entidad pública, en este caso el Ministerio de Energía y Minas, que es el ente rector. Segundo, el gobierno ha expresado su voluntad de impulsar todos los sectores económicos que pueden generar un gran impulso al empleo productivo, porque de esta manera se reduce la pobreza. Tercero, atendiendo el llamado, hemos vuelto a plantearles que estamos dispuestos a invertir casi USD 9000 millones en el desarrollo de los siguientes proyectos: Michiquillay, Los Chancas, Ampliación Cuajone, una fundición adicional a la modernizada, expandir la capacidad operativa de nuestra refinería y, por supuesto, ejecutar los USD 1400 millones que demanda el desarrollo del proyecto Tía María, el más avanzado. Cuarto, el gobierno entiende que el volumen e inversión dinamizará la economía, añadirá valor agregado a la producción minera nacional, fortalecerá la infraestructura productiva, generará confianza en otros inversionistas y la economía volverá a una senda de crecimiento acelerado para beneficio de la población, en particular de los residentes en el valle de Tambo.
–Dirigentes de Valle del Tambo señalan que la resistencia contra el proyecto es más grande de lo que la empresa señala. ¿Cuáles son los actores que tienen ubicados y que población representan?
Como en el desarrollo de todo proyecto, hay pobladores a favor y en contra. Nosotros consideramos que el programa de socialización y generación de empleo productivo en el valle de Tambo ha sido bien recibido y se va a expandir conforme se vaya avanzando en las obras preliminares. A la fecha, tenemos 200 trabajadores que residen en el valle de Tambo y se trasladan todos los días de ida y retorno a su centro de trabajo sin que haya habido ningún hecho de violencia. Además, en nuestro registro tenemos solicitudes de empleo local por casi 2000 personas. Hay una gran expectativa en el valle por el desarrollo de Tía María, por lo que consideramos que se hará una realidad en los próximos meses. Tengamos presente que en total se estima que la construcción generará 9000 puestos de trabajo entre directos e indirectos. Este recurso humano es del valle de Tambo, tienen tierras en el valle y trabajan y trabajarán con el mayor cuidado, por eso están siendo capacitados, lo que garantiza que no se producirán incidentes y que la relación productiva entre el valle de Tambo y Tía María será complementaria, de fortalecimiento mutuo, de sinergias para crecer juntos.
–¿Cuáles son los tiempos para la construcción de la represa en Islay?
La construcción de una presa toma aproximadamente dos años, más tiempo toma la ubicación de un lugar óptimo donde debe construirse, hay condiciones geológicas que debe tener el terreno. Además, tenga en cuenta que la presa permitirá hacer realidad un anhelo de los pobladores del valle de Tambo que data del segundo gobierno del presidente Manuel Prado, allá por 1960. Recuerdo que en una de las múltiples reuniones que hemos sostenido con pobladores del valle de Tambo, una persona mencionó esto casi como una anécdota, casi 70 años de ofrecimientos por parte del Estado y nosotros queremos construir una presa para afianzar el caudal hídrico del río Tambo y que no haya escasez en tiempos de estiaje. Nos reunimos con muchas personas, los escuchamos, interactuamos de manera directa.
–En los últimos meses plantearon financiar un tramo ferroviario. ¿El plan sigue en pie y en qué consiste?
Para las operaciones del proyecto Tía María sí vamos a construir una vía férrea para trasladar los cátodos que se produzcan, será mediante un sistema de transporte multimodal. Si se refiere a otros proyectos, como Michiquillay en Cajamarca, en el norte del país, sí se ha conversado con las autoridades del gobierno sobre la importancia de construir uno que traslade la producción minera del norte hacia el puerto de Paita o el que se considere más conveniente. Además, en este caso, un tren también traslada personas y carga de otras actividades económicas. Es cuestión de hacer los estudios para conocer el monto de inversión que representan y convocar a los interesados para hacerlo realidad. Algo similar podría llevarse a cabo en la región Apurímac, donde Southern Perú tiene el proyecto minero Los Chancas. Cuando en Apurímac se construyó la mina Las Bambas, la pobreza se redujo en casi 15 puntos porcentuales y si se consolida la expansión de la actividad minera en dicha región, tenga la seguridad que podría superar la situación de pobreza y pobreza extrema que padece gran parte de sus pobladores.
–¿Cómo se ha reiniciado el desarrollo de Tía María y cuál será la forma de contratar la mayor cantidad posible de mano de obra local?
Hemos convocado a nuestro equipo de trabajo para que todos estemos alineados y pongamos de nuestra parte nuestro mayor esfuerzo para sacar adelante el proyecto Tía María que se ha tornado en emblemático para el país por lo que representa. No es un tema que involucra exclusivamente a la empresa, como lo mencioné anteriormente, Southern Perú está reiterando su confianza en el Perú y lo seguirá haciendo en toda circunstancia.