Dirk Friczewsky– analista de ActivTrades.
La Eurozona enfrenta nuevamente una crisis de deuda, aunque esta vez no es Grecia ni la siempre vigilada Italia. El foco está puesto en Francia, la segunda mayor economía de la unión monetaria, que atraviesa un estancamiento económico acompañado de un creciente déficit fiscal.
Francia bajo la lupa
El crecimiento francés es prácticamente nulo. La Comisión Europea reportó un retroceso de -0,2% en 2024, una previsión de 0,0% en 2025 y recién un repunte de 1,1% en 2026, insuficiente para sostener las crecientes obligaciones fiscales del país.
La deuda pública se situó en 113% del PBI en 2024, con proyecciones de 116% en 2025 y 118,4% en 2026. Cifras que superan con amplitud los límites de Maastricht. El déficit fiscal también preocupa: -5,6% del PBI en 2025 y un esperado -5,7% en 2026. En contraste, Alemania mantiene un endeudamiento más moderado, con ratios de 63,8% en 2025 y 64,7% en 2026, niveles que todavía la colocan en una posición de relativa solidez.
Riesgo político y credibilidad
Las principales agencias calificadoras —DBRS, Fitch, S&P y KBRA— han asignado a Francia una perspectiva negativa. Fitch y S&P sitúan la nota en AA-, KBRA en AA y DBRS también en AA. Aunque en el papel sigue siendo un nivel alto, la desconfianza sobre el rumbo político es evidente.
El primer ministro François Bayrou presentará la cuestión de confianza el próximo 8 de septiembre de 2025 para sostener su programa de austeridad. Si no supera el voto, la caída de su gobierno abriría paso a un escenario de incertidumbre política, con la ultraderecha del Rassemblement National a la expectativa.
Señales de los mercados
En los bonos soberanos, el diferencial entre Alemania y Francia se amplía. El Bund a 10 años se ubica en 2,74%, mientras que el equivalente francés emitido por la Agence France Trésor (AFT) alcanza el 3,54%. Una señal de mayor riesgo percibido en la deuda gala.
La situación francesa revive un debate ya presente en Alemania: la sostenibilidad del Estado de bienestar y la necesidad de revisar el gasto público. Ese mismo debate podría extenderse a otras economías de la eurozona con déficits estructurales elevados.
Implicancias para el euro
El contexto combina factores políticos y fiscales que constituyen riesgo latente para la moneda única. El euro se mantiene relativamente estable frente al dólar, pero la incertidumbre sobre Francia —con estancamiento económico, deuda creciente y dudas sobre la gobernabilidad— añade presión.
En un escenario donde la Reserva Federal mantiene firme su política monetaria y el dólar conserva su atractivo como activo refugio, el margen de resistencia del euro frente al greenback podría acortarse.
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