Inútil seguir hablando de burbujas, de un inminente derrumbe de las bolsas o de un “armagedón” bursátil. La realidad —por manipulada o concentrada que parezca— es otra.
En un mercado dominado por flujos algorítmicos e inteligencia artificial, las predicciones son poco fiables. Adaptarse y no quedarse anclado a posiciones ideológicas es la única forma de sobrevivir a movimientos cada vez más ilógicos.
El viernes, Wall Street cerró en positivo tras un inicio titubeante. Los inversores reaccionaron con alivio a las declaraciones del presidente Donald Trump, que redujeron los temores a una nueva escalada comercial con China.
El S&P 500 y el Nasdaq subieron ambos un 0,5%, mientras el Dow Jones ganó 0,52%. En la semana, el S&P 500 y el Dow avanzaron un 1,7%, y el Nasdaq un 2,2%.
Trump afirmó que los aranceles del 100% a los productos chinos no serían sostenibles, aunque volvió a responsabilizar a Pekín de las tensiones. También confirmó un encuentro con Xi Jinping antes de fin de mes, lo que fue interpretado como una señal de distensión.
Los sectores de consumo básico, energía y finanzas lideraron las ganancias, mientras que materiales y servicios públicos quedaron rezagados. Las bancas regionales, golpeadas en días previos, protagonizaron un rebote: Zions Bancorporation (+5,8%), Western Alliance (+3,1%), Truist Financial (+3,9%) y Fifth Third Bancorp (+1,3%), todas con resultados trimestrales mejores de lo esperado.
Divisas: el dólar aguanta
El dólar también mostró resistencia. Tras una semana volátil, el billete verde rebotó cerca de 0,5% frente a las principales divisas (euro, yen y franco suizo).
El EUR/USD retrocedió al soporte clave de 1,1650, mientras el USD/JPY subió de 149,40 a 150,60. El USD/CHF recuperó terreno desde 0,7870 hasta 0,7935, y la libra mantuvo los 1,3420, con un EUR/GBP cayendo hasta 0,8675.
Las divisas oceánicas (australiana y neozelandesa) siguen débiles, presionadas por las tensiones entre Estados Unidos y China.
El mercado cambiario parece atrapado en un rango lateral, con el euro estructuralmente frágil y un dólar que se deja caer —o se hace caer— para mejorar la competitividad exportadora estadounidense.
El EUR/USD sigue marcando el compás general. Si se mantiene lateral, las demás monedas probablemente sigan la misma pauta. La correlación con las bolsas es baja, pero la relación con el oro sigue vigente, al menos por ahora.
El oro, tras una larga escalada, sufrió una corrección de casi 200 dólares, cayendo de 4.378 a 4.186, antes de cerrar en torno a 4.250. Las tomas de beneficios explican parte del retroceso.
Pese al repunte del viernes, el Dollar Index cerró la semana con una caída del 0,5%, afectado por la parálisis del gobierno federal, la inestabilidad de las bancas regionales y el aumento de expectativas de nuevos recortes de tasas de la Fed.
El gobernador Christopher Waller reiteró su apoyo a otro recorte este mes, mientras Stephen Miran pidió un alivio monetario más agresivo para proteger el empleo.
Petróleo: tercera caída consecutiva
El crudo WTI cerró el viernes con un leve rebote hasta 57,25 dólares por barril, pero completó su tercera semana consecutiva de pérdidas (-3%).
Las razones: el exceso de oferta, el récord de producción en EE.UU. (13,636 millones de barriles diarios) y las dudas geopolíticas.
El mercado también procesó la noticia de un inminente encuentro entre Trump y Putin, previsto para dentro de dos semanas, con la guerra en Ucrania y un cese temporal del fuego en Gaza como telón de fondo.
El presidente Volodímir Zelensky se reunió con Trump para asegurar más apoyo militar, mientras Washington presiona a India y China para reducir sus importaciones de petróleo ruso.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) prevé un exceso global de crudo hacia 2026, lo que refuerza el sesgo bajista en los precios.
Las reservas estadounidenses aumentaron la semana pasada, confirmando el escenario de abundancia.
La semana que viene
Los mercados miran ahora hacia la tregua comercial entre Washington y Pekín, en busca de señales de deshielo.
Será una semana clave de resultados corporativos, con empresas como Tesla, P&G, GE, Coca-Cola, Netflix, IBM, AT&T, Verizon e Intel en la línea de fuego.
En Estados Unidos, la cuarta semana de cierre gubernamental mantiene la tensión política. Se esperan además los datos de inflación (IPC) y los PMI flash de S&P Global.
En China, se publicarán los resultados oficiales del PIB del tercer trimestre y nuevos datos del mercado inmobiliario.
También se conocerán los PMI flash de la Eurozona, Alemania, Reino Unido, India, Japón y Australia, junto con la confianza del consumidor europeo, la inflación en Reino Unido y Japón, y las decisiones de política monetaria de Turquía, Indonesia y Corea del Sur.
Saverio Berlinzani– analista de ActivTrades.
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