Mar Pérez del Solar lleva el deporte en la sangre y en la piel. Sobrina de la legendaria Gaby Pérez del Solar, tiene muy claro desde niña que el deporte sería su modo de vida. Y vaya que lo es a sus recién cumplidos 24 años: destacada surfista y profesora de surf en Perú y el extranjero.
No hace falta indagar mucho para aseverar que Mar es una mujer autónoma y segura de sí misma. Viaja sola a muchas partes, siempre en modo “deporte”, quizá a la caza de la ola perfecta o por el simple hecho de encontrarse personalmente, actitud que le da un valor extra a su oficio, del que ella sabe existen no pocos prejuicios, cuando la realidad indica otra cosa: el surf es un deporte que exige mucha disciplina y Mar lo supo desde niña, no por nada sus padres le inculcaron el amor al deporte en general y no solo al surf.
“Me siento satisfecha porque con esfuerzo voy cumpliendo mis metas gracias a la disciplina que da el deporte, que requiere de sacrificios. Por ejemplo, cuando estaba en el colegio, mis amigos iban a las fiestas los fines de semana, yo no porque las competencias eran los domingos temprano, además, casi siempre tenía que competir con gente mayor que yo porque no había muchas chicas de mi edad, felizmente la situación ahora es otra, hay más chicas practicando surf”, dice Mar, quien ya se encuentra en Francia para trabajar y estudiar durante el verano europeo. Para Mar, los viajes ya son parte de su vida y da igual en que manera lo haga: es una guerrera que plasma en su vida la intensidad del surf, pero más allá del surf, “lo que importa es hacer deporte, estar en movimiento”.
Y agrega:
“Hacer deporte te da seguridad interior y a las mujeres nos protege de los peligros que corremos por ser el simple hecho de ser mujeres. La seguridad no viene de la belleza, sino de tu fuerza interior y el deporte ha sido clave para mí, porque me ha ayudado a ser autónoma, a decidir mejor y, en especial, a reponerme de los obstáculos. Todas las mujeres debemos hacer deporte, cualquier tipo de deporte que te guste”.
Mar predica con el ejemplo.
