El partido tenía que mostrar mejoras. Luego del encuentro con Chile, no podíamos estar peor. Claro, al frente nos tocaba la actual campeona del mundo, con Messi, De Paul, el Dibu y otros astros, y estaba dentro de los cálculos una derrota, no hay que ser ingenuos, aunque la galaxia fútbol ofrece esas realidades paralelas; como fuere: se perdió y la Blanquirroja solo tiene un punto en cuatro fechas del presente proceso eliminatorio.
Capitaneados por Paolo Guerrero, los locales mostraron ánimos distintos a lo otorgado en Chile, producto de esos esfuerzos, con un endiablado Zanelatto en combinación con Polo, suscitaron una actitud colectiva que tuvo su punto álgido en el disparo de Guerrero a los 23´de la primera etapa. Después los argentinos empezaron a ralentizar el ritmo peruano y el público local pudo ver dos buenos goles (32´y 42’) del astro argentino, quizá el mejor futbolista de la historia, para quien esta es su última disputa premundialista.
Para el segundo tiempo, Reynoso hizo ingresar a Grimaldo, Trauco, Tapia y Reyna, Guerrero entre los que salieron. El arranque fue similar al inicio del partido: rápido, encarador, pero con la diferencia de que solo duró cinco minutos. No había una cabeza que conduzca a los jugadores dentro del terreno, Advíncula irreconocible en las dos últimas fechas, ¿acaso su mente está en la Final de La Copa Libertadores? Por eso, Argentina lateralizó su fútbol, sabía que tenía los puntos, jugó a capricho porque una desordenada Blanquirroja se lo permitió.
El responsable de este desastre no es otro que Juan Reynoso, y también su comando técnico (que está pasando piola). Este encuentro con Argentina era el guindón que le faltaba a la torta, la marca de agua que requerían sus desaciertos y la prueba definitiva de que el cargo de DT de la Selección Peruana de Fútbol le quedó grande.
En CARETAS lo hemos dicho: hay seis cupos directos al Mundial de Fútbol de 2026 y un repechaje. En el mejor de los casos, serían siete los países sudamericanos clasificados. Una oportunidad como esta, no se volverá a presentar. Lo peor no es que estemos en situaciones similares a los inicios de las dos últimas rondas premundialistas, sino que no haya una mínima idea de a qué está jugando Perú. Por eso las comparaciones con Gareca: jugando bien o mal, la Blanquirroja tenía un criterio de juego que Reynoso debió reforzar y no destrozar. Ninguno de sus planteamientos ha funcionado y es claro que el grupo de jugadores no encuentra motivación (así es el futbolista peruano) en sus palabras, y ya lo dejaron de tomar en serio: la mentira sobre la posición de Ruidíaz en el gol de Brasil y la convocatoria de Oliver Sonne, a quien jamás puso habiendo pedido que se agilice sus trámites documentarios para integrar la Blanquirroja. No son hechos menores.
Tener una idea de juego fue lo que determinó que Gareca tenga continuidad. Si bien estas eliminatorias se anunciaban de complicadas, Perú aún puede tentar una clasificación, pero no con Juan Reynoso como DT de la Selección. Los jugadores necesitan otro DT, que seda posturas para comprometerlos, porque así se maneja el fútbol peruano, de esta forma se potencia a sus protagonistas. No hay tiempo para transformar nuestro fútbol ni en el mediano plazo.
(Matías Reyes).
