En la conferencia posterior a la contundente goleada que dejó a Perú fuera del Mundial 2026, Óscar Ibáñez habló con una franqueza inusual y trazó un diagnóstico duro y autocrítico sobre el rendimiento de su equipo.
“Un dolor grande… fue un rival que nos superó y lo sufrimos.” Así definió el entrenador el impacto del resultado en Montevideo, señalando que el rival uruguayo claramente tuvo la victoria como objetivo y lo demostró en la cancha.
Ibáñez admitió que los primeros 25 minutos fueron determinantes y negativos, con una Bicolor que “se apresuró en campo rival, perdía la pelota y sufría la presión del rival”, situación que condicionó el resto del partido.
Sobre el segundo tiempo, reconoció un intento por recuperar la posesión: “Tratamos de tener más la pelota, lo intentamos… pero el rival nos superó en gran parte del partido”.
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A pesar del dolor, quiso rescatar la actitud: “Quiero agradecer a los jugadores porque nunca bajaron los brazos… duele perder por el esfuerzo que hicieron, porque intentaron, pero el rival nos superó”.
También abordó el proceso de recambio generacional dentro del plantel: “Fueron apareciendo algunos muchachos nuevos… es parte del proceso que se da de manera natural, paso a paso… estas derrotas también enseñan”.
Con una mirada al futuro inmediato, Ibáñez subrayó: “Les dije a los muchachos que se merecen la mejor foto posible. El partido con Paraguay de local es una gran oportunidad de reconocimiento… la gente se los va a reconocer.”
Finalmente, valoró el aliento de la hinchada: “El hincha de la selección apoya siempre, no deja de creer… esperamos regalarle un triunfo en agradecimiento al aliento que no ha faltado nunca.”