Una de las cosas más edificantes que tiene el país, es Sinfonía por el Perú, fundada en 2011 por el tenor Juan Diego Flórez. Desde entonces, muchas gratificaciones ha generado esta organización, certeza que comparte y refuerza su directora Gabriela Perona, quien dice que “la organización apunta a un reto clave y urgente: generar oportunidades para el desarrollo de la infancia, particularmente en los sectores más desfavorecidos. La música desarrolla un impacto transversal en todos los sectores. Por ejemplo, en los núcleos los chicos empiezan a desarrollar actitudes diferentes con la vida mediante las posibilidades que da la música”. Razón no le falta a Gabriela: a la fecha SPP tiene 18 núcleos en el país y en cada uno de ellos la enseñanza está pautada por la excelencia.
“Me satisface el poder de la música de transformar vidas. La música es un arte convocante. A través de ella, no solo forjamos disciplina y constancia, sino también logramos la capacidad de escucharnos, de ser más empáticos, enfocados en el bien común; además, la música contribuye a una adaptabilidad para los cambios que presenta el mundo, y son los niños de hoy los que van a ver esos cambios, muchos de ellos críticos”, indica Gabriela, para quien “la formación colectiva de la música permite a los chicos lograr proyectos de vida brillantes y autónomos. Nuestro método de enseñanza desarrolla una serie de capacidades que les ayudará a ser los mejores en lo que se propongan.También han salido de SPP músicos de gran nivel y chicos que quieren seguir estudiando música”.
Pero a Gabriela ¿qué le depara en lo personal SPP? Al respecto, enfatiza que en SPP “ha recuperado la
emoción y la esperanza. En este contexto con tantas crisis y polarización, pertenecer a una organización como SPP es para mí una fuente de esperanza”. Apoyemos a este proyecto.
