Terminemos el año positivos, con lo bueno que nos deja el 2023, que nos demostró que no todo está perdido en la televisión peruana, y no, no lo digo como una broma por el día de los inocentes, sino, que este año han salido cosas que nos han devuelto la esperanza.
Y es que debemos reconocer cuando una cosa funciona, no solo en términos de audiencia, sino también como algo que aporta a los televidentes. Me refiero, obviamente a El gran chef: famosos, que se convirtió en todo un fenómeno, que ni los mismos ejecutivos de Latina imaginaron, en otras palabras, la achuntaron de casualidad, ya que lo lanzaron, como un ‘mientras tanto’ se terminaba de armar La granja de los famosos (o como quiera que se llame), un reality con la ya vieja fórmula de Big Brother, que consiste en encerrar a un grupo de personas, supuestamente famosas, en un lugar en que que son grabadas las 24 horas del día, los siete días de la semana, para ver romances, broncas y demás cochinaditas que salen en este tipo de espacios.
La locación ya estaba armada, es más, la promoción había salido al aire, pero retrocedieron a tiempo. Quisiera pensar que fue porque se dieron cuenta de que el contenido de El gran chef era mejor, pero eso es muy ingenuo, lo cierto es que tenían tal cantidad de auspiciadores para el programa de cocina que hubiera sido un suicidio no seguir con más temporadas. Vamos a ver qué pasa en el 2024, ya que se asegura que el reality, que terminó pasándose en Chile (no olvidemos que se trata de una productora chilena), saldrá en las pantallas peruanas de todas maneras.
Pero volvamos a El gran chef , que no solo nos ha enseñado qué es un tomate en concassé, una cebolla en brunoise, una fritura profunda o verduras cortadas en chiffonade, sino, sobre todo, que se puede hacer un programa exitoso y rentable, sin apelar a los escándalos y al morbo y eso, ya es mucho.
No tengo que hacer una encuesta, ni esperar una votación para decir que la revelación del año es José Peláez, un conductor con un carisma increíble que conectó inmediatamente con el público, porque se le nota totalmente auténtico tanto cuando juega con los participantes, o se disfraza de cualquier cosa, como cuando se quiebra y hasta llora al despedirse de los que se van eliminados del programa. El jurado compuesto por el chef Giacomo Bocchio, el periodista gastronómico Javier Masías y la influencer Nelly Rossinelli, son la compañía perfecta para que El gran chef funcione no solo en televisión, ya que la trnsmisión vía YouTube también cuenta con una gran cantidad de vistas. Vamos a ver si el programa de cocina que, después de tantas postergaciones, saldrá al aire en América en el 2024, llega a pegar tanto como El gran chef.
Otra cosa buena es que hayan más ficciones que antes y en distintos canales, y aunque ninguna haya sido sobresaliente, ya que las tramas son bastante obvias, con los buenos casi mártires y los malos casi demonios (de hecho el personaje que hizo el mexicano Sebastián Ligarde en Luz de Luna era el diablo o tenía un pacto con él, nunca quedó claro). No hay ningún mensaje positivo, por el contrario en algunas de ellas se refuerzan los viejos estereotipos retrógados de las mujeres, cuyo único objetivo es conseguir un hombre con quien casarse. Pero la idea es buscar el lado positivo a lo que se pueda y lo bueno es que hay más trabajo para los actores peruanos que están demostrando que son excelentes y que, de pronto, de la cantidad sale algo de calidad y ojalá que eso suceda en el 2024, porque talento hay, lo que falta son buenos guiones. A ponerse las pilas.
