El domingo 23 comenzó el festival de Viña del Mar en Chile, y para sorpresa de muchos, la artista que fue a representar al Perú en la competencia floclórica, era nada más y nada menos que Renata Flores, la joven cantautora ayacuchana, que saltó a la fama haciendo rap y hip hop en quechua, pero que llegó al balneario chileno, sin la menor promoción y eso, en un festival como el de Viña, pesa mucho.
Al cierre de esta edición, todavía no se había realizado la segunda presentación de Renata y estaba en duda si pasaría a la ronda final, aunque la tenía bien difícil, ya que le había tocado con el dueño de casa, Chile, que jugando de local, casi siempre es de los más votados, y México, que tiene una gran tradición festivalera.
Hago énfasis en la promoción, porque se sabe que en estos tiempos el marketing es importante y en festivales como el de Viña es necesario que la canción suene antes de que llegue al escenario para que el jurado ya esté familiarizado con la melodía ¿Se acuerdan el año pasado que durante semanas los programas de televisión y de radio nos tenían día y noche con Warmisitay, la canción con la que ganó la competencia folclórica Milena Wharton? Pues esa es la forma, por eso llamaba la atención que ningún programa haya entrevistado a Renata antes de que partiera a Chile, como sí se ha hecho siempre con los artistas que fueron en años anteriores.
Renata, desde Viña del Mar, me dice que lo que pasa es que como ella vive en Ayacucho, no tenía acceso a los programas de televisión y que se limitó a hacer su campaña a través de las redes sociales, lo cual nos indica dos cosas: 1.- Somos tan centralistas que si un artista no pasa por Lima, nadie le presta atención. A ningún productor se le ocurrió mandar un equipo a Ayacucho para hacerle una nota, menos aún acompañarla al festival, como siempre se ha hecho y 2.- Las redes sociales no son tan fuertes como muchos piensan, ya que a pesar de que la canción tiene más de medio millon de reproducciones en Youtube, es evidente que todavía se necesita la fuerza de los medios tradicionales como la radio y la televisión para ciertos eventos. El Festival de Viña del Mar es, al fin y al cabo, básicamente un programa de televisión.
Por otro lado ¿Las millonarias empresas ayacuchanas como Aje, de los Añaños, que patrocina a equipos internacionales como el Real Madrid, no podía haber patrocinado a nuestra representante en Viña? ¿Y al generoso wayki, gobernador de Ayacucho, no se le ocurrió que con la mitad de lo que cuesta un Rolex podía haber auspiciado una campaña para apoyar a Renata para su participación en este importante festival?
De cualquier manera, nuestra solitaria princesa wari, sin patrocinadores ni periodistas que la acompañen, realizó una maravillosa performance, interpretando Kuti Tika (Vuelve a florecer), un rap en quechua que impactó al ‘monstruo’ de la Quinta Vergara y que habla de la importancia de estar orgullosos de nuestros orígenes. Llamó mucho la atención su atuendo, con el tradicional sombrero wari de cuatro puntas, porque los chilenos, como casi todo el mundo, asocian al Perú solo con la cultura inca. “La cultura wari fue anterior y hay mucho que contar y descubrir de ella. Incluso hay peruanos que no tienen idea. Por eso ha sido una gran experiencia mostrar algo de ella en un escenario tan imponente como la Quinta Vergara. Estoy feliz por eso”, nos dice Renata, antes de subir por segunda vez a ese increíble escenario. Esta chica de 23 años va a llegar lejos. Ya lo verán.