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Manuel Erausquin

Periodista y catedrático a tiempo completo en UPC, conductor en el programa Contracara de UPC TV y columnista de la revista Caretas.


Día de San Valentín: flechazos tóxicos

Escribe Manuel Eráusquin | Anita Pallenberg y Keith Richards protagonizaron durante los años 60 y 70 uno de los romances más excéntricos y autodestructivos del mundo del rock. Hoy, día de San Valentín, una historia donde el amor no lo puede todo.  

En los años sesenta la belleza tenía nombre y apellido en el mundo del rock: Anita Pallenberg, una rubia espigada y de sonrisa felina que provenía del glamur de las pasarelas parisenses y romanas. Cuando conoció a los Rolling Stones en un concierto en Munich: la vida cambió para todos ellos. La modelo, con su seducción natural, conquistó primero al irascible Brian Jones, ambos conectaron de forma casi inmediata. Las drogas y los golpes también llegaron rápido y comenzó una relación torturada donde la hermosa Pallenberg siempre perdió. Luego, llegó su salvador. Ya no hubo violencia física, pero sí muchas drogas: demasiadas. Lo que siguió también fue de terror.

Era sabido que Brian Jones era un maltratador y que Anita Pallenberg lo defendió y lo justificó varias veces. No importó que el músico le hubiera dejado un ojo morado de un puñete. Ella, una linda e inteligente chica, soportó una vida miserable con un sujeto famoso, pero enloquecido. Sin embargo, Keith Richards, compañero y amigo de Jones, estuvo enamorado de Pallenberg desde que la vio: la amistad con Brian Jones dejó de importar desde que presenció cómo le quedaba el rostro a la modelo después de una discusión trivial con él. Así, de esa forma, Richards fue al rescate de la damisela y ella le correspondió. Una nueva historia de amor se escribió.

Brian Jones quedó sumergido en una gran depresión al ser abandonado por Anita Pallenberg, quien se fue para arrojarse a los brazos de Keith Richards. Jones se volvió más errático que nunca: solo se dedicó a consumir drogas duras y se olvidó de tocar los instrumentos musicales, algo paradójico porque él había sido un multiinstrumentalista extremadamente virtuoso. El problema pasó porque su cerebro no pudo soportar tantas células muertas y literalmente moría. Mientras la bella rubia y el guitarrista de los Stones se dedicaron a construir una relación intensa a todo nivel.

La decadencia en la que ingresó Jones deparó su trágico destino: despedido de los Rolling Stones porque no podía tocar ningún instrumento, el que había sido el fundador de la banda fue encontrado poco tiempo después muerto en la piscina de su casa. Fue el 3 de julio de 1969. Toda la banda sufrió la pérdida y Anita también, pero todos continuaron. Cada uno como pudo, pero continuaron.

En ese recorrido vital también existieron situaciones de controversia sentimental: Mick Jagger y Anita Pallenberg se involucraron en un romance furtivo durante el rodaje de la película Performance en 1968. Las escenas eróticas de la ficción pasaron a la realidad, tanto Jagger como Pallenberg sucumbieron a la pasión sin medir las consecuencias. La cámara siguió grabando y quedó registrada la infidelidad. Se habla que los momentos más intensos dieron a parar a una edición especial para un festival de cine porno. Mientras Keith Richards moría de rabia por la traición de su pareja y amigo. Aunque, tiempo antes, el guitarrista había tenido una aventura con Marianne Faithfull, la novia de Mick Jagger. Una dinámica afectiva que tuvo como evidencia que los cuatro no quedaron felices. Jagger siempre sintió incomodidad por las andanzas que tuvo Keith con Marianne. Y la venganza llegó. Las consecuencias siempre llegan.

Aunque lo que marcó de forma profunda a la pareja fue un suceso irreparable en su vida familiar, la relación de ellos tuvo como fruto a tres hijos: Marlon, Angela y Tara Jo Jo, quien falleciera con tan solo 10 meses. El niño fue encontrado muerto en su cuna. Se habló de una muerte súbita. La madre de Keith Richards responsabilizó a Anita Pallenberg, eso propició que Angela se fuera a vivir con la abuela paterna. El mayor, Marlon, se quedó con su madre. Keith estaba de gira con los Rolling Stones cuando ocurrió esta tragedia y cuando se enteró por una llamada telefónica: pensó en suicidarse de un balazo en la cabeza. No pasó. Decidió salir a tocar en el siguiente show para evitar volverse loco. También había pensado en sus otros hijos: Marlon y Angela.

A pesar de que esta pareja tuvo una relación de 13 años, nunca pudieron encarrilar su amor en una vida de estabilidad. Estaban locos de pasión entre ellos, pero algo no funcionó. Se hacían daño mutuamente: se convirtieron en una pareja de cómplices para darle rienda suelta a sus adicciones: la cocaína y la heroína no faltaban en casa. En esas épocas ambos casi mueren de sobredosis. Tuvieron una enorme suerte, casi inexplicable.

Lo que pudo llamarse amor en algún momento, desapareció por las drogas. Ni él, ni ella eran los mismos. En 1980 se acabó la relación: él se concentró en rehabilitarse y seguir con los Rolling Stones, su otra familia. Ella tuvo que pasar varios años para encontrar el bienestar. No le fue fácil. Falleció el 13 de junio del año 2017 a los 75 años. Poco antes de morir declaró que no pensaba llegar siquiera a los 40 años. Anita Pallenberg será recordada por sus buenos tiempos: glamur y elegancia auténticos. Keith Richards sigue vivo y tocando en los Rolling Stones contra todo pronóstico. Después de Anita conoció a Patty Hensen y se casaron. Un matrimonio de 40 años con dos hijas. Él tiene 80 años. Pero Keith y Anita fueron una historia de pasión y mucha locura. Quizás sí hubo amor, pero se extravió. Suele ocurrir en este mundo.