El expresidente de la República, Martín Vizcarra, reapareció públicamente con un mensaje dirigido a la ciudadanía en el que denunció lo que calificó como un “pacto mafioso” en su contra y aseguró que, pese a las presiones, no renunciará a enfrentar a los sectores de poder que —según afirmó— buscan silenciarlo injustamente.
El pronunciamiento, difundido en pleno contexto navideño, marca una nueva etapa en la estrategia comunicacional del exmandatario, actualmente alejado de la vida política activa tras las sanciones impuestas por el Congreso, pero aún con presencia en el debate público.
“No me van a doblegar”
En su mensaje, Vizcarra sostuvo que luego de varias semanas en las que no pudo expresarse libremente, decidió volver a hablar para denunciar actos de corrupción y enfrentar lo que considera una alianza de intereses políticos y judiciales.
“Estoy aquí para denunciar a los corruptos y enfrentar al pacto mafioso. Sé que esto implica chocar contra los poderosos, pero si el precio que debo pagar es asumirlo con valentía y dignidad, no me van a doblegar”, señaló.
El exjefe de Estado remarcó que mantiene su confianza en el país y en que la verdad terminará imponiéndose, pese a las circunstancias adversas que atraviesa. El mensaje refuerza una narrativa que Vizcarra ha sostenido desde que fue inhabilitado para ejercer cargos públicos, en la que se presenta como víctima de persecución política.
Contexto político y judicial
Las declaraciones se producen en un escenario marcado por la polarización política y por la persistente desconfianza ciudadana hacia las instituciones. Vizcarra fue inhabilitado por el Congreso bajo acusaciones vinculadas a presuntos actos de corrupción durante su gestión como gobernador regional de Moquegua, decisiones que él ha rechazado reiteradamente.
Desde entonces, el exmandatario ha mantenido un discurso crítico contra el Parlamento y sectores del sistema político, a los que acusa de proteger intereses particulares y de obstaculizar las reformas anticorrupción impulsadas durante su gobierno.
En este nuevo mensaje, sin embargo, el énfasis estuvo menos en los detalles legales y más en el plano simbólico: la resistencia personal, la legitimidad moral y la apelación directa a la ciudadanía.
Un mensaje con tono personal
Más allá del contenido político, Vizcarra incorporó un tono marcadamente personal al referirse al respaldo que afirma recibir de la población. Agradeció las muestras de apoyo, las oraciones y los mensajes de aliento que, según indicó, le permiten mantenerse firme.
“Yo me mantengo fuerte gracias a sus palabras de aliento, sus oraciones y el cariño que recibo permanentemente”, expresó.
Este componente emocional se refuerza al mencionar que pasará las fiestas navideñas en soledad, aunque con serenidad, asegurando sentirse acompañado por quienes lo respaldan moralmente.
Navidad y llamado a la unión
En la parte final del mensaje, el exmandatario dejó de lado la confrontación política para dirigirse a la ciudadanía con un saludo navideño. Deseó paz, unión familiar y bienestar, e invitó a las personas a valorar la cercanía con sus seres queridos.
“Que la pasen con bondad, en paz y en unión familiar. Abracen fuerte a sus seres queridos que tengan cerca”, señaló.
El cierre del pronunciamiento busca humanizar su figura y conectar con un momento sensible del calendario, en el que tradicionalmente los mensajes políticos suelen adoptar un tono conciliador, aun cuando el contexto personal sea adverso.
Reaparición con mensaje claro
La reaparición de Martín Vizcarra confirma que, pese a las sanciones y limitaciones legales, el exmandatario no ha renunciado a influir en la conversación pública. Su discurso mantiene una línea confrontacional frente a lo que denomina estructuras de poder, pero combina ese enfoque con un mensaje emocional y directo a la ciudadanía.
En un escenario preelectoral que empieza a tomar forma de cara al 2026, este tipo de pronunciamientos no pasa desapercibido y vuelve a colocar a Vizcarra en el radar político, aunque sea desde una posición simbólica y discursiva.