La región Piura vuelve a quedar en el centro de la preocupación nacional tras el violento asesinato del abogado Percy Luber Ipanaqué Navarro, de 46 años, quien fue abatido a tiros mientras conducía su vehículo cerca del caserío Miraflores, en el distrito de Castilla. El ataque, ejecutado con precisión por sicarios encapuchados, ha activado una rápida respuesta del Ministerio Público, que abrió diligencias preliminares para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades.
Este nuevo acto de violencia genera varias preguntas clave: ¿quiénes serían los autores del crimen?, ¿qué móvil estaría detrás del ataque?, ¿existe un trasfondo criminal relacionado con organizaciones delictivas en Piura? Las investigaciones se centran en hallar respuestas que permitan reconstruir el contexto del homicidio.
Fiscalía inicia diligencias preliminares
El Tercer Despacho de la Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Castilla asumió el caso inmediatamente después del crimen. Los fiscales realizaron el levantamiento del cadáver y dispusieron la necropsia correspondiente a cargo de peritos de la Unidad de Medicina Legal, con el fin de establecer con precisión el tipo de arma utilizada y la cantidad de impactos de bala.
Paralelamente, se desarrolló un abordaje técnico de la escena del crimen, en coordinación con agentes de Homicidios, Criminalística y la comisaría local. Este proceso incluye la recopilación de casquillos, análisis de trayectorias y levantamiento de indicios balísticos.
La Fiscalía informó que su actuación está orientada a esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades penales que correspondan, en un contexto donde la criminalidad organizada ha incrementado su presencia en varias provincias de Piura.
Ataque a plena luz del día: ¿cómo ocurrió el homicidio?
El crimen se registró aproximadamente a las 14:50 horas del 28 de noviembre de 2025, en los exteriores del campo santo Mapfre, ubicado en la zona de Tacalá, Castilla. Según información preliminar obtenida por fuentes de inteligencia, Ipanaqué conducía su vehículo P1H-114, color blanco, cuando fue interceptado por dos sujetos encapuchados que viajaban en motocicleta.
Los atacantes abrieron fuego de manera directa y a corta distancia, impactando en varias ocasiones contra la víctima, quien falleció de forma inmediata dentro del automóvil. Tras ejecutar el atentado, los sicarios huyeron sin dejar rastro, lo que refuerza la presunción de una operación planificada.
La modalidad utilizada —motociclistas encapuchados, disparos certeros y escape rápido— es característica de sicariato, una práctica que ha ido en aumento en el norte del país.
Hipótesis de un presunto ajuste de cuentas
Una fuente cercana a la investigación reveló que una de las líneas más fuertes apunta a un posible ajuste de cuentas. De acuerdo con la información preliminar, Ipanaqué habría cumplido funciones legales para un individuo conocido con el alias “Tata”, investigado por delitos vinculados a organizaciones criminales de la región.
El abogado habría actuado como una suerte de “brazo legal” de este personaje, lo que podría haberlo colocado en el centro de disputas internas del crimen organizado. Aunque esta versión no es oficial, constituye una de las hipótesis principales que evalúan tanto la Policía como la Fiscalía.
Aquí surge la pregunta central: ¿estamos frente a un crimen por encargo relacionado con redes criminales que operan en Piura?
Las autoridades no descartan ningún escenario.
Trabajo policial y búsqueda de sospechosos
La División de Investigación de Inteligencia (Divreint) de Piura ejecuta labores de seguimiento, cruce de datos y verificación de vínculos del entorno de la víctima. Agentes especializados trabajan junto a la comisaría del sector para identificar la ruta de escape de los sicarios y determinar si recibieron apoyo logístico.
Se revisan también cámaras de seguridad de viviendas y establecimientos cercanos al lugar del ataque, con el fin de reconstruir los movimientos de los agresores antes y después del homicidio. Toda la información recopilada será cruzada con bases de datos de bandas criminales que operan en Castilla y en provincias vecinas.
Para las autoridades, este crimen podría estar relacionado con la rivalidad entre grupos delictivos que disputan espacios de extorsión, tráfico de tierras y cobros ilegales, actividades que en los últimos años se han expandido en Piura.
Violencia en aumento: un patrón que preocupa
El asesinato de Ipanaqué se suma a una cadena de hechos violentos registrados en la región durante 2025. Piura enfrenta un escenario crítico marcado por la proliferación de sicariato, extorsión y delitos asociados a organizaciones criminales. Las autoridades locales han advertido que la infiltración de estas redes se ha extendido a sectores como comercio, transporte y servicios públicos.
La pregunta que queda en el aire es clara: ¿qué acciones tomará el Estado para frenar el avance del crimen organizado en el norte del país?
El Ministerio Público y la Policía coinciden en que la única respuesta posible es un trabajo conjunto y sostenido.
Compromiso de la Fiscalía
El Ministerio Público ha reiterado que continuará aplicando todas las herramientas legales disponibles para esclarecer el asesinato y evitar que crímenes similares queden impunes. La prioridad ahora es identificar a los autores materiales, establecer el móvil del ataque y determinar si detrás del homicidio existe una estructura criminal más amplia.