Fátima Bosch se convirtió en la cuarta mexicana en alzarse con la corona de Miss Universo, tras imponerse en la final del certamen celebrada el 20 de noviembre en el Impact Arena de Tailandia. La representante de 25 años destacó no solo por su elegancia en pasarela, sino también por su historia personal marcada por resiliencia, educación internacional y activismo social. Su victoria se suma a los triunfos previos de Lupita Jones (1991), Ximena Navarrete (2010) y Andrea Meza (2020), consolidando a México en el mapa del concurso global de belleza.
El camino hacia la corona no fue sencillo. Semanas antes del certamen, Bosch protagonizó un incidente con Nawat Itsaragrisil, director de Miss Universo Tailandia, quien la llamó “tonta” tras negarse a grabar un video para promover una votación extraoficial. Bosch respondió con firmeza, defendiendo su dignidad y los derechos de las concursantes, lo que generó el retiro del director como anfitrión y apoyo masivo en redes sociales. Este episodio, lejos de debilitarla, reforzó su narrativa como una concursante con voz propia y liderazgo.
Nacida en Teapa, Tabasco, Fátima Bosch cuenta con formación en Diseño de Indumentaria y Moda, estudios internacionales en Milán y Vermont, y experiencia en certámenes regionales como Flor Tabasco 2018 y Miss Universo Tabasco 2025. Bosch ha hablado abiertamente de los desafíos que enfrentó desde niña, incluyendo bullying, TDAH y dislexia, convirtiéndose en una defensora de la neurodiversidad y del combate al ciberbullying. Su enfoque de liderazgo y autenticidad resonó en la ronda de preguntas, donde expresó que su plataforma busca empoderar a las jóvenes para que confíen en su valor y sueños.
Durante la competencia, Bosch también enfrentó gestos de rechazo de otras participantes y críticas, pero mantuvo una presencia escénica impecable y un discurso contundente. Su triunfo marca el inicio de un reinado que combina belleza, autenticidad y compromiso social, consolidándola como un referente de empoderamiento femenino en México y el mundo. Con su victoria, la nueva Miss Universo se convierte en un símbolo de resiliencia, liderazgo y voz pública en la escena internacional de 2025.