Ataque armado en SJL tras denuncia por extorsión
La violencia vuelve a golpear a San Juan de Lurigancho (SJL). Una mujer que se atrevió a denunciar a una banda de extorsionadores fue víctima de un ataque armado en su vivienda. Los delincuentes, identificados como miembros de la organización La Batería de Taquire, dispararon contra la casa como represalia por su denuncia, poniendo en riesgo la vida de toda su familia.
Según el relato de la afectada, los criminales le exigían S/400 mensuales a cambio de no atentar contra su negocio. Tras negarse a pagar y acudir a la Policía Nacional del Perú (PNP), los extorsionadores respondieron con un violento ataque. Los proyectiles impactaron en la habitación donde descansaba su madre, una anciana de 75 años, que por poco resulta herida.
“Quisieron matar a mi madre”, relató entre lágrimas la denunciante a un medio local, señalando que vive atemorizada y ha solicitado garantías personales al Ministerio del Interior.
“La Batería de Taquire”: banda detrás del ataque
De acuerdo con la denuncia policial, los mensajes amenazantes comenzaron a llegar poco después de formalizar la acusación. En uno de ellos, los criminales advirtieron que el atentado era “por soplona”, confirmando su conexión con la banda “La Batería de Taquire”, una organización dedicada a la extorsión, cobro de cupos y ataques armados en SJL.
Este grupo delictivo ya era investigado por la PNP. En un reciente operativo, varios de sus presuntos miembros fueron capturados durante una boda, entre ellos Eduardo Ronald Taquire Ramos, identificado como líder y responsable de múltiples atentados. La mujer recordó que en 2021 los mismos delincuentes apuñalaron a su nieto de 13 años, quien permaneció internado en la UCI tras el ataque.
“No tengo nada que ver con ellos, mucho menos mis hijos. Lo que vivimos es una pesadilla que empezó hace tres años”, declaró la víctima, pidiendo justicia y protección.
Extorsión y sicariato: los delitos que asfixian a Lima Este
El distrito de San Juan de Lurigancho, el más poblado del país, se ha convertido en un epicentro de la violencia urbana. En los últimos meses, se han registrado múltiples atentados por extorsión, balaceras, asesinatos y ataques con granadas. Las bandas locales, muchas de ellas vinculadas al “Tren de Aragua”, controlan zonas comerciales, mercados y obras de construcción.
La extorsión se ha normalizado como un mecanismo de control. Según fuentes policiales, los delincuentes cobran entre S/200 y S/1,000 mensuales a pequeños comerciantes, transportistas y propietarios de negocios, a cambio de “protección”. Quienes se niegan, son amenazados o atacados.
En respuesta, la PNP ha intensificado los operativos en el distrito, logrando la captura de varias células delictivas. Sin embargo, los vecinos aseguran que el temor persiste y que las represalias son inmediatas cada vez que alguien se atreve a denunciar.
Autoridades instan a denunciar los casos de extorsión
El Ministerio del Interior reiteró el llamado a la ciudadanía a reportar todo intento de extorsión a través de la línea 105, disponible las 24 horas, o mediante los números de WhatsApp de la PNP (+51 964 605 570, +51 942 479 506 y +51 943 851 156).
Estas denuncias son derivadas a las unidades especializadas de Extorsión y Crimen Organizado, que trabajan coordinadamente con el Ministerio Público. “Cada reporte ciudadano es clave para desarticular estas redes criminales”, sostuvo un vocero policial.
La Defensoría del Pueblo también ha pedido fortalecer la presencia del Estado en los distritos más golpeados por la inseguridad, como SJL, San Martín de Porres y Villa El Salvador, donde los casos de extorsión han aumentado más del 40% en lo que va del año.
Familias que viven con miedo
La familia afectada por este nuevo atentado se encuentra desplazada por temor a un nuevo ataque. La anciana de 75 años, que salvó la vida por pocos centímetros, se mudó a casa de un familiar. Su hija, por su parte, exige que el Estado actúe antes de que ocurra una tragedia.
“Denunciar fue lo correcto, pero ahora vivimos con miedo. No quiero que nadie más pase por esto”, afirmó la víctima.
El caso se suma a una larga lista de denuncias que revelan cómo la extorsión se ha convertido en una de las principales amenazas en Lima Metropolitana, un delito que no solo afecta la economía local, sino también la tranquilidad de miles de familias.