La violencia criminal en Lima Norte volvió a exhibirse sin reparos. En el distrito de San Martín de Porres (SMP), un bus de la empresa Translicsa fue baleado por dos sujetos a bordo de una motocicleta, en un ataque que la Policía Nacional del Perú (PNP) atribuye a un posible caso de extorsión.
¿Cómo ocurrió el ataque en SMP?
El hecho se registró la noche del lunes, cuando el vehículo de transporte público se encontraba estacionado en la avenida Los Eucaliptos, una zona habitualmente transitada por trabajadores del sector. Según testigos, los atacantes llegaron en una motocicleta de color negro, se detuvieron frente al bus y abrieron fuego en repetidas ocasiones, sin importarles que el conductor se encontrara en el interior.
El chofer, identificado como Gregorio Quiclla Honorio, logró salvarse de milagro. Pese al pánico, condujo la unidad hasta el terminal de la empresa, donde reportó el ataque y solicitó apoyo policial. No se registraron heridos, aunque el bus quedó con impactos de bala en la parte inferior de la carrocería.
Siete casquillos de bala y un mensaje criminal
Agentes de la Comisaría PNP de Pro acudieron al lugar del atentado y acordonaron la escena para iniciar las pericias correspondientes. Los peritos de criminalística hallaron siete casquillos de bala y determinaron que los disparos se dirigieron hacia la zona baja del vehículo. Esto reforzó la hipótesis de que los delincuentes no buscaban matar, sino enviar un mensaje de advertencia.
Fuentes policiales indicaron que la modalidad responde a un patrón frecuente entre bandas dedicadas a la extorsión de transportistas, que recurren a ataques intimidatorios cuando las víctimas se niegan a pagar los llamados “cupos”.
Extorsión a transportistas: un crimen en expansión
La empresa Translicsa, que opera rutas entre SMP y otros distritos del norte de Lima, no es ajena a esta ola de violencia. En abril pasado, un chofer de la misma compañía fue herido de bala en un ataque similar, ocurrido en el cruce de las avenidas El Sol de Naranjal y Los Eucaliptos, también en San Martín de Porres.
Según fuentes del Ministerio del Interior, los grupos delictivos dedicados a la extorsión del transporte público han incrementado sus ataques durante los últimos meses. Se estima que, solo en Lima Norte, más de 40 empresas han recibido amenazas o atentados vinculados al cobro de cupos.
Estas mafias suelen exigir pagos semanales que van desde S/ 500 hasta S/ 5,000, dependiendo del tamaño de la flota. Cuando los empresarios o conductores se niegan a ceder, los delincuentes atacan buses, terminales o domicilios de las víctimas para forzar su sometimiento.
¿Qué hace la Policía ante esta nueva ola de ataques?
El Ministerio del Interior y la Policía Nacional han conformado equipos especiales de investigación para rastrear a las bandas detrás de estos atentados. En el caso de SMP, la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri participa en las diligencias junto con la unidad de inteligencia de la región policial Lima Norte.
Un oficial vinculado al caso indicó que se viene analizando el circuito cerrado de cámaras de seguridad del área, donde se habría captado la motocicleta y parte del trayecto de los atacantes. Además, los investigadores cruzan información con otras denuncias de extorsión presentadas por transportistas.
“El patrón es el mismo: motos sin placa visible, dos sujetos encapuchados y disparos dirigidos al bus como advertencia. Se trata de un acto intimidatorio típico de las organizaciones que cobran cupos”, precisó la fuente policial.
Lima Norte, bajo fuego
San Martín de Porres, Los Olivos y Comas concentran buena parte de los casos de extorsión denunciados por transportistas en Lima Norte. Según estadísticas de la PNP, los ataques con armas de fuego contra unidades de transporte se incrementaron un 35 % en el último año.
En la mayoría de estos casos, los perpetradores forman parte de bandas organizadas extranjeras, especialmente de origen colombiano, ecuatoriano y venezolano, que operan en alianza con grupos locales. Estas redes no solo exigen pagos, sino que también controlan rutas de transporte y comercializan combustible robado.
Vecinos del sector Los Eucaliptos, donde ocurrió el atentado, denunciaron que las extorsiones son cada vez más frecuentes. “Llaman a los choferes, les dicen que saben dónde viven, que si no pagan los van a matar. Nadie denuncia por miedo”, comentó un residente.
Un problema que se vuelve estructural
Especialistas en seguridad ciudadana advierten que la extorsión al transporte público se ha convertido en una fuente estable de ingresos para el crimen organizado. “Estamos ante una industria criminal que se nutre de la informalidad y la falta de control policial. Mientras no haya inteligencia financiera ni rastreo del dinero, seguirán atacando”, señaló el criminólogo Pedro Yaranga.
Asimismo, el experto alertó que estos ataques pueden derivar en homicidios o secuestros si las autoridades no refuerzan su presencia preventiva en los puntos críticos de Lima Norte.
El mensaje que deja el ataque
Aunque el conductor de Translicsa resultó ileso, el ataque reaviva el temor entre los transportistas y evidencia la fragilidad de la seguridad ciudadana en la capital. La PNP continúa con las investigaciones, mientras la empresa afectada ha solicitado mayor vigilancia en sus rutas.
El caso del bus baleado en San Martín de Porres refleja una tendencia preocupante: la normalización de la violencia armada como mecanismo de control del territorio por parte de las mafias. Una amenaza que, a la vista de los últimos hechos, se expande más rápido de lo que las autoridades pueden contener.