Lo que debía ser una noche de música y celebración terminó en un episodio de violencia urbana que ha encendido las alarmas en el país. Durante el concierto de Agua Marina en el Círculo Militar de Chorrillos, dos sujetos a bordo de una motocicleta abrieron fuego contra el escenario, dejando al menos cuatro personas heridas, entre ellas integrantes de la agrupación musical.
El ataque ocurrió la noche del miércoles 8 de octubre de 2025, en plena presentación de la conocida orquesta de cumbia. El general Felipe Monroy, jefe de la Región Policial Lima, confirmó que en el lugar se hallaron 27 casquillos de bala de pistola 9 milímetros Parabellum, evidencia que apunta a una agresión planificada y de alta peligrosidad.
Dos atacantes en moto: el modus operandi
Según las diligencias preliminares de Criminalística, los atacantes se desplazaban en una moto lineal y efectuaron múltiples disparos en dirección al escenario. Inicialmente se pensó que los disparos se hicieron en movimiento, pero las pericias indicarían que la motocicleta se detuvo frente al recinto para concretar el ataque.
“Se ha podido determinar la participación de dos sujetos en una moto lineal y, de acuerdo a la experiencia, se presume que dispararon estacionados. El objetivo era atentar contra las personas que estaban en el escenario”, señaló el general Monroy.
El hecho sembró el pánico entre los asistentes, quienes huyeron despavoridos mientras los músicos buscaban refugio.
Cuatro heridos y un músico en estado crítico
La balacera dejó cuatro heridos, entre ellos un músico de Agua Marina que fue trasladado de emergencia a un hospital cercano tras recibir un impacto de bala. El estado de salud de las víctimas aún se mantiene bajo reserva, aunque fuentes médicas señalaron que uno de ellos permanece en condición delicada.
El general Monroy precisó que aún no se puede confirmar si el ataque estuvo dirigido específicamente contra Agua Marina, ya que el evento incluía también la participación de otras agrupaciones musicales como Zaperoko. Sin embargo, las evidencias apuntan a un atentado selectivo contra los artistas.
Un concierto sin permiso ni garantías
Uno de los aspectos más graves revelados por la Policía es que el concierto no contaba con autorización oficial ni con las garantías de seguridad correspondientes. El propio jefe policial indicó que el organizador y promotor del espectáculo ya fue intervenido para dar explicaciones, debido a que no se solicitó la autorización ante la Dirección de Gobierno Interior ni se coordinó con la PNP la elaboración de un plan de operaciones.
“Con permiso o sin permiso debemos brindar seguridad, pero corresponde también focalizarlo. Para realizar un patrullaje directo con presencia policial se necesita un plan de operaciones, y en este caso no se nos comunicó formalmente”, señaló Monroy.
Esto significa que el evento se desarrollaba en condiciones precarias en cuanto a seguridad, lo que habría facilitado la acción de los atacantes.
Inseguridad y extorsiones: ¿un patrón creciente?
La pregunta inevitable es: ¿responde este ataque a una nueva escalada del crimen organizado contra la música popular en el Perú?
En los últimos meses, la Policía ha registrado múltiples denuncias de extorsión a promotores de conciertos, discotecas y locales de baile, principalmente en Lima y el norte del país. Los delincuentes suelen exigir pagos bajo amenaza de atentar contra los artistas o el público.
El caso de Agua Marina se suma a una lista preocupante de hechos violentos que incluyen ataques contra vehículos de transportistas, balaceras en discotecas y amenazas a grupos musicales de renombre. Todo ello evidencia un patrón en el que el crimen organizado busca controlar espacios de entretenimiento masivo para imponer su dominio económico.
La respuesta de las autoridades
Tras conocerse los detalles del ataque, el general Monroy aseguró que la información ya fue puesta en conocimiento del ministro del Interior, Carlos Malaver, pero evitó precisar si también se informó directamente a la presidenta Dina Boluarte y al premier Eduardo Arana.
El caso ha generado reacciones políticas y sociales. La Defensoría del Pueblo ya emitió un pronunciamiento condenando el atentado y exigiendo al Estado adoptar medidas firmes contra la inseguridad ciudadana. Por su parte, la PNP continúa con las investigaciones, incluyendo el peritaje balístico de los casquillos recogidos en el lugar.
Un golpe a la cultura popular
El ataque a Agua Marina, una de las agrupaciones más queridas y representativas de la cumbia peruana, no solo constituye un hecho criminal, sino también un golpe simbólico contra la cultura popular. La música de este grupo ha acompañado a generaciones de peruanos, y que sus integrantes resulten víctimas de un atentado armado refleja la gravedad de la violencia que atraviesa el país.
La noche de celebración se convirtió en un escenario de terror urbano, con familias enteras huyendo del lugar en medio de disparos y caos. Testigos relataron que se escucharon gritos, corridas y que decenas de asistentes quedaron atrapados en los accesos del recinto sin saber qué hacer.
El ataque contra Agua Marina deja al descubierto tres aspectos críticos:
- La facilidad con que grupos armados pueden irrumpir en eventos públicos.
- La falta de control estatal en la autorización y supervisión de espectáculos masivos.
- La expansión del crimen organizado en nuevos ámbitos sociales y culturales.
Más allá de las investigaciones policiales, este hecho exige una respuesta integral del Estado para garantizar la seguridad ciudadana y blindar espacios de recreación que forman parte de la identidad cultural del Perú.