Nuevo delito en el deporte peruano
El Congreso de la República dio un paso histórico en la lucha contra la corrupción deportiva al aprobar la incorporación del delito de fraude o manipulación de resultados en competencias oficiales dentro del Código Penal. La norma sanciona con hasta ocho años de prisión a quienes ofrezcan, reciban o acepten ventajas indebidas para alterar resultados en torneos reconocidos por el Instituto Peruano del Deporte (IPD).
El dictamen establece penas de tres a seis años de cárcel para quienes incurran en estas prácticas. En el caso de deportistas, entrenadores, árbitros, dirigentes o personal administrativo, la sanción será más severa: cuatro a ocho años de prisión, además de inhabilitación para ejercer funciones deportivas. La medida también alcanza a operadores y actos vinculados a apuestas deportivas, uno de los focos más sensibles en materia de manipulación.
Argumentos y vacíos legales
El presidente de la Comisión de Justicia, Flavio Cruz Mamani (PL), sostuvo que la manipulación de resultados afecta directamente la integridad del deporte, su función educativa y los valores que transmite a la sociedad. “En el Perú no existía un tipo penal específico que sancione estas conductas, lo que generaba un vacío normativo que impedía la acción del Ministerio Público y el sistema judicial”, explicó.
A su turno, la congresista Diana González Delgado (Avanza País), autora del proyecto, enfatizó que la norma busca resguardar la transparencia y legitimidad de las competencias, ofreciendo a la ciudadanía garantías frente a posibles fraudes deportivos.
Aprobación unánime y entrada en vigor
El dictamen fue aprobado por unanimidad en el Pleno: 104 votos a favor en primera votación y 99 votos en la exoneración de segunda votación. Con este respaldo, el proyecto queda listo para su promulgación, estableciendo por primera vez en el país un marco legal contra la corrupción en el deporte.
Con esta medida, el Congreso busca fortalecer la supervisión y dotar de herramientas claras al sistema judicial para enfrentar uno de los problemas que más cuestionan la credibilidad del deporte a nivel internacional: la manipulación de resultados.