El sistema de transporte Metropolitano de Lima enfrenta una crisis operativa sin precedentes, advirtió José Aguilar, exjefe de la Autoridad de Transporte Urbano (ATU). En declaraciones a Canal N, Aguilar explicó que los recientes accidentes —incluido el choque entre tres unidades— evidencian el desgaste de una flota que ya superó los 15 años de uso.
Según el exfuncionario, el servicio —que antes de la pandemia movilizaba a 600 mil personas por día— hoy transporta a más de 450 mil pasajeros diarios sin haber ampliado su capacidad en la misma proporción. Esto ha provocado una sobrecarga visible en buses y estaciones, poniendo en riesgo la seguridad y eficiencia del sistema.
¿Por qué no se renueva la flota del Metropolitano?
Aguilar detalló que la renovación de la flota depende de la aprobación de una adenda contractual entre la ATU, las empresas concesionarias y el Banco Mundial, que serviría como entidad financiera. Este proceso, según estimaciones, podría demorar entre 8 y 12 meses, mientras el sistema sigue operando en condiciones críticas.
“No podemos quedarnos de brazos cruzados esperando la adenda”, declaró Aguilar.
¿Qué soluciones plantea el exjefe de la ATU?
Mientras se espera la solución estructural, Aguilar propone acciones operativas inmediatas:
- Mejorar la velocidad de circulación del sistema mediante ajustes en la semaforización y mayor fiscalización policial.
- Optimizar la logística interna para reducir los tiempos de espera y retorno de buses.
- Implementar una mejor gestión de estaciones en horarios punta.
El especialista aseguró que un aumento de solo 2 km/h en la velocidad promedio podría generar mejoras sustanciales en la experiencia de los usuarios.
¿Cómo afecta el modelo autosostenible del Metropolitano?
Uno de los grandes obstáculos para implementar mejoras inmediatas es el propio diseño del Metropolitano. Aguilar recordó que el sistema fue concebido bajo un modelo autosostenible, es decir, sin subsidios estatales.
A diferencia de los sistemas de transporte público en otros países, donde el Estado subvenciona parte del pasaje, en Lima los ingresos provienen exclusivamente de las tarifas pagadas por los usuarios. Esto limita severamente la capacidad de inversión y respuesta ante emergencias.
“El modelo actual necesita adecuarse a la realidad. El contrato debe cambiar para que el sistema pueda evolucionar”, subrayó.
¿Qué se ha logrado con la Mesa con el Banco Mundial?
Según Aguilar, existe un trabajo coordinado con el Banco Mundial para viabilizar la compra de nuevos buses y la mejora de la infraestructura, pero para ello es indispensable aprobar una adenda estructural al contrato de concesión. Esta modificación permitiría canalizar el financiamiento externo y actualizar el modelo de operación, adaptándolo a la demanda actual y futura.
¿Qué pasa si no se actúa ahora?
De no tomarse medidas urgentes, Aguilar advirtió que el deterioro del servicio continuará y podrían ocurrir más accidentes. La situación actual pone en jaque la seguridad de los usuarios, la calidad del servicio y la confianza en el sistema de transporte público de Lima.